El 13% de los españoles acudieron al gimnasio en 2022. Los efectos de esta práctica son evidentes: una mejora de las condiciones físicas, de la salud general e incluso estética. Sin embargo, también tiene efectos sobre la salud mental y contraindicaciones que pueden pasar desapercibidos a simple vista.
Tras la pandemia de la covid-19, la comunidad fitness ha aumentado progresivamente. En 2020, un 9% de la población española acudía al gimnasio. Según un informe elaborado elaborado por EuropeActive y publicado por la Comisión Europea, el curso del 2022 se cerró en un 13%.
Numerosas personas afirman que hacer deporte en casa les ayudaba a que el encierro se hiciese más ameno. Daniel Miskiewicz, psicólogo deportivo, destaca los efectos positivos durante el confinamiento: «La sensación positiva que experimentamos después de hacer ejercicio, se conoce como euforia del ejercicio, y ocurre gracias a factores tanto fisiológicos como psicológicos. Dentro de los factores psicológicos, tenemos que el ejercicio puede actuar como una forma de liberar tensiones y reducir el estrés acumulado».
«Dentro de los factores psicológicos, tenemos que el ejercicio puede actuar como una forma de liberar tensiones y reducir el estrés acumulado», señala Daniel Miskiewicz
Contribución positiva del ejercicio físico
Alcanzar ciertas metas u objetivos en el entrenamiento contribuye a una mejora de la autoestima y de la confianza. La práctica regular de ejercicio facilita la reducción de las preocupaciones a través de la distracción, lo que permite un tiempo de relajación y liberación de tensiones. Esto provoca como consecuencia directa una reducción de los niveles de ansiedad.
A ello se suma la participación directa de la molécula conocida como dopamina. La dopamina es una sustancia que segrega el sistema nervioso y que está asociada al placer y a la satisfacción. Una de las actividades por las cuales se segrega es el deporte, por esta razón, después de ir al gimnasio, se tiene esa sensación de felicidad.
La mejora de la autoestima y de la confianza es una de las principales aportaciones del gimnasio. Ver cambios en el cuerpo, ya sea a través del ejercicio, la pérdida de peso, el aumento de masa muscular u otros factores puede tener varios efectos sobre la seguridad en uno mismo. «Estos efectos pueden variar según la percepción individual y la relación que cada persona tenga con su cuerpo», explica Daniel Miskiewicz.
«Estos efectos pueden variar según la percepción individual y la relación que cada persona tenga con su cuerpo», explica Daniel Miskiewicz.
Otros efectos que puede aportar el gimnasio son reducción del estrés, mejora del estado de ánimo, aumento de la energía vital, mejora del sueño y de la concentración, entre otros.
Repercusiones negativas que puede aportar el gimnasio
Sin embargo, «es posible desarrollar una especie de dependencia o adicción psicológica a la sensación positiva asociada con el ejercicio», señala Miskiewicz. Esta adicción no alcanza los niveles generados por las drogas, pero puede provocar que la persona busque su bienestar solo a través del gimnasio. Esto es conocido como vigorexia, un trastorno mental que quien lo padece se obsesiona con su aspecto físico.
Las comparaciones están presentes en la sociedad, y en este ámbito en particular su aparición es más notoria. «La tendencia a compararse constantemente con los demás, ya sea en el gimnasio, en redes sociales u otros entornos, puede alimentar la obsesión con el rendimiento y la apariencia», explica Daniel Miskiewicz. Ciertas personas buscan la validación externa a través de su apariencia física, esperando que eso acabe desembocando en la aceptación de su valía personal. «Asimismo, la falta de aceptación y amor propio puede llevar a la obsesión con la mejora constante», añade Miskiewicz.
«Asimismo, la falta de aceptación y amor propio puede llevar a la obsesión con la mejora constante», afirma Miskiewicz.
Al buscar referencias externas para evaluar el propio valor, las personas pueden caer en patrones de comparación poco saludables. Las inseguridades personales y la baja autoestima pueden llevar a la comparación constante con los demás. En el ámbito del fitness, donde las mejoras físicas y el progreso son parte integral, la comparación puede surgir como una forma de evaluar el propio rendimiento en relación con los demás, pero «cada cuerpo es único y responde de manera diferente al entrenamiento», destaca Daniel Miskiewicz.
Las comparaciones pueden llevar a la obsesión con el físico y a transformarse en dismorfia corporal, una enfermedad mental en la que no se puede dejar de pensar en los defectos percibidos en la apariencia. «Puede haber una predisposición genética para el desarrollo de trastornos obsesivo-compulsivos», explica Miskiewicz. Además, las presiones sociales y culturales que enfatizan la apariencia física y establecen estándares poco realistas de belleza pueden contribuir al desarrollo de este tipo de trastornos. Las personas con dismorfia corporal experimentan una angustia emocional intensa y persistente debido a sus preocupaciones sobre la apariencia.
Álvaro Pedrero, entrenador personal, afirma: “Quizás sí tuve un poco de dismorfia, creyendo que no mejoraba cuando en realidad sí, o verme más delgado de lo que en verdad era. Por culpa de eso, quizás me obligaba a comer más de lo que quería o podía o entrenar en exceso”.
Otros objetivos que se buscan en el gimnasio
Al gimnasio no solo se acude en busca de bienestar, hay quien acude con otros objetivos. El joven Santiago Pazos destaca: “Mi objetivo al principio era que me gustase mi físico, y todavía sigo en ese proceso, al final cuanto más entrenas más quieres mejorar, y claro tus objetivos van aumentando, por lo que realmente siempre tienes el mismo objetivo, solo que ese objetivo aumenta”.
Además, hay personas que acuden al gimnasio en busca de mejora estética. Álvaro Pedrero enfatiza que “ir al gimnasio con este objetivo puede ser tanto positivo como negativo”. “Lo positivo es que te va a aportar más seguridad en ti mismo, y al ver cambios te sientes más realizado y contento. Como aspectos negativos, quizás la obsesión que puedes llegar a desarrollar en solo pensar en ello y no en nada más, enfocar tu vida solo en la estética de tu físico”.
Fernando Bonelli, otro joven, explica: «Estaba un poco gordito y no me gustaba ni mi cuerpo ni tampoco los comentarios que a veces me decían mis amigos, y notaba que, por ejemplo, corriendo me cansaba muy rápido y no me gustaba esa situación y me miraba al espejo y no me gustaba».
«Estaba un poco gordito y no me gustaba ni mi cuerpo, ni tampoco los comentarios que a veces me decían mis amigos», cuenta Bonelli.
Bonelli añade que aparte de las aspiraciones físicas, existe cierto colectivo que acude en busca de aumentar su circulo social: «He conocido a muchísima gente con las mimas aficiones que yo, y solo puedo decir que son gente maravillosa de la que estoy encantado de haber conocido». «Entreno con mi grupo de amigos y en el gimnasio me permite poder pasar más tiempo con ellos», concluye Bonelli.