La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha establecido un sistema de alerta y asistencia rápida entre los países de la Unión Europea (UE) para abordar los problemas de escasez de ciertos medicamentos. Tras varios meses de negociación en Bruselas, la Comisión Europea presentó este martes el «mecanismo solidario», al que los estados miembros podrán acceder voluntariamente. El propósito de este programa es habilitar a los países un apoyo mutuo en caso de enfrentarse a una situación crítica de carencia de fármacos.
«Garantizar la disponibilidad de medicamentos en la UE es fundamental para construir una Unión Europea de la Salud sólida», asegura Margaritis Schinas.
El vicepresidente responsable de Promoción de Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, ha señalado que esta reforma farmacéutica abarca un conjunto de medidas para mejorar la seguridad de suministro. Asimismo, ha confirmado que su principal objetivo es convertir esa disponibilidad en algo permanente: «Garantizar la disponibilidad de medicamentos en la UE es fundamental para construir una Unión Europea de la Salud sólida».
La lista de medicamentos esenciales estará disponible a finales de este año. Este registro marcará el comienzo de un estudio más detallado de la cadena de suministro de los fármacos, y se espera que esté completo en 2024. «Hasta 67 millones de personas podrían beneficiarse», explica la Comisión Europea.
Proceso solidario
Este mecanismo se establece con la intención de que los países puedan recurrir a él una vez se hayan agotado otras opciones para conseguir el acceso a su suministro. Los gobiernos deberán notificar y demostrar a la EMA que se han quedado sin alternativas posibles y que los métodos habituales de importación de fármacos no son suficientes para resolver la escasez.
Cuando un país determine que se cumplen estas condiciones, deberá presentar una solicitud a la EMA. Esta agencia analizará el caso y, si está de acuerdo con su posición, emitirá una alerta de ayuda a los estados miembros, con la condición de responder a dicha solicitud en un plazo de cinco días. Posteriormente, se informará a la Comisión Europea.
Tras la inspección de la información, la EMA corroborará si algún miembro puede respaldar al solicitante. A su vez, se harán reuniones con el interesado, el miembro ayudante y otras partes relevantes para proponer las condiciones necesarias.
En caso de que ningún Estado miembro pueda proporcionar ayuda, la cuestión continuará siendo examinada por el Grupo Directivo Ejecutivo sobre Escasez y Seguridad de Medicamentos (MSSG) de la EMA. Este fue establecido en conformidad con el Reglamento de la Unión Europea 2022/123, que refuerza el rol de la EMA y su gestión para esta crisis.
Este grupo colaborará para explorar posibles acciones adicionales a tomar. La Comisión Europea estará debidamente informada en todo momento sobre los desafíos que surjan y las medidas que se adopten.
Un invierno de desabastecimiento
Durante la temporada invernal, se produce un incremento en enfermedades estacionales, como la gripe, el resfriado común y otras infecciones respiratorias. Este hecho deriva en una mayor necesidad de medicamentos para mitigar los síntomas y abordar diversas afecciones.
La escasez de suministro se agravó notablemente durante el invierno pasado, especialmente en antibióticos, lo que llevó a la implementación de medidas para supervisar las existencias. En algunos casos, reemplazaron la falta de presentaciones pediátricas con alternativas menos apropiadas o, incluso, la fracción entre las pastillas de adultos para tratamientos infantiles.
«Proponemos medidas para ayudar a los estados miembros en el próximo invierno y a largo plazo», confirma Stella Kyriakides.
Stella Kyriakides, comisaria responsable de Salud y Seguridad Alimentaria, asegura que desde el primer momento, han puesto en primer plano la mejora de la gestión. También cree en la importancia de «crear un mercado único» de medicamentos en la UE para abordar de manera más efectiva las deficiencias en el suministro.
Uno de los antibióticos cuya ausencia se hizo notar más en toda Europa fue la amoxicilina. Esta situación creó la preocupación entre los profesionales de la salud y los pacientes, al no tener un fácil acceso a este antibiótico. Este fármaco requiere de una mayor atención médica, a causa de combatir contra numerosas infecciones comunes, como la neumonía o la amigdalitis.
Esta falta de asequibilidad de medicamentos se vio exacerbada por la guerra de Ucrania, la crisis energética y las altas tasas de inflación. A su vez, aumentó el número de infecciones respiratorias y provocó un incremento de la demanda y retrasos en los pedidos y producción.
Tras lo ocurrido, la EMA recomendó el aumento de fabricación de fármacos, un mayor seguimiento de la oferta y la demanda, además de promover la prudencia entre la sociedad. Actualmente, a estas medidas se le añade la creación del «mecanismo voluntario de solidaridad» de la UE.