La princesa Leonor cumple la mayoría de edad el martes 31 de octubre. Este momento, según marca la Constitución española, representa la formalización de la princesa como heredera al trono de España. Para llevar a cabo la jura, la hija del rey Felipe VI debe acudir a una sesión extraordinaria cargada de símbolos en el Congreso de los Diputados. Allí acudirá para jurar cumplir sus funciones, respetar la Constitución y los derechos de los ciudadanos y las Comunidades Autónomas. Una vez terminado el proceso, Leonor de Borbón será, en plenas facultades, la heredera al trono de España. Hasta que no llegue ese momento, las Cortes Generales deberían nombrar a un regente en caso de que Felipe VI no pudiera ejercer sus funciones. Así queda previsto en la Carta Magna:
Artículo 61.
1. El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.
2. El Príncipe heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al hacerse cargo de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de fidelidad al Rey.
Para llevar este proceso a cabo, la Cámara Baja se somete a numerosos cambios estéticos que reflejan la singularidad de una jornada histórica. Las obras comenzaron a principios de la semana pasada para cambiar la Mesa del Congreso tanto por dentro como por fuera. El objetivo es cumplir con el protocolo establecido para que todo funcione en un acto cargado de simbolismo.
El ejemplar de la Constitución
La princesa Leonor hará su juramento sobre el mismo ejemplar de la Constitución que usó su padre en 1986. Cuando Felipe VI cumplió 18 años, lo hizo frente a una réplica del manuscrito del pendolista Luis Moreno, de 1979, y cuyo original custodia el Archivo del Congreso. Este hecho coincide con la intención de la Casa Real para que el acto de la princesa sea lo más parecido al de su padre, hace 37 años.
El baldaquino o dosel de gala
El baldaquino o dosel de gala es una pieza de tapicería centenaria que viste al Congreso en ciertas ocasiones. Se coloca en la fachada del Palacio de la Carrera de San Jerónimo, como se hace en contados días, como en las sesiones solemnes de apertura de legislatura. Se pudo ver en 1975, en la coronación del rey emérito, Juan Carlos I, o la proclamación de Felipe VI, en 2014. La primera utilización de este baldaquino fue en 1902, con motivo de la jura de Alfonso XIII.
El baldaquino ha sido reflejo de los sistemas políticos por los que ha pasado España. Según Antonio Sama, historiador y exconservador de la Real Fábrica de Tapices, el dosel refleja cambios en su composición. Estas modificaciones proceden de las variaciones en el escudo: El de la República hasta 1939, el de la dictadura hasta el 78 y, en la actualiad, una variación del escudo constitucional.
Los poderes del Estado, representados
El juramento de la princesa se celebra en un contexto de sesión conjunta del Congreso y el Senado. Por tanto, donde habitualmente se ven los escaños de sus señorías, en esta ocasión hay 585 sillas envueltas en terciopelo rojo donde los representantes de ambas cámaras deberán sentarse. De este modo, el Poder Legislativo en su totalidad estará presente como testigo representante de la soberanía nacional. Además, la presidenta del Congreso y el presidente del Senado serán los encargados de recibir a su llegada a la familia real como tercera y cuarta autoridad del Estado. Junto a ellos, estarán el presidente del Gobierno en funciones (cabeza del Poder Ejecutivo) y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa.
Junto con la representación del Poder Legislativo también estarán presentes en la jornada las altas autoridades del Poder Judicial. Nada más cruzar la Puerta de los Leones, el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte, saludarán a la familia real en el vestíbulo de la Reina Isabel II. Por último, los miembros de las Mesas del Congreso y del Senado harán el último saludo en el Salón de Pasos Perdidos, antes del comienzo de la sesión solemne en el Hemiciclo.
Estrado real
La habitual Mesa del Congreso donde se ubican la presidenta, los vicepresidentes y los secretarios se ha remplazado por un escenario recubierto de tapices. La importancia histórica de esta tribuna se comprende al observar las contadas veces en las que se ha desplegado: En la jura de la Constitución de Felipe VI y en su proclamación como rey, dos veces en 45 años. En ella tendrá lugar la jura de la Constitución de la princesa Leonor.
Con ella estarán las autoridades que han participado en los saludos previos (la presidenta del Congreso, el presidente del Senado, el presidente del Gobierno en funciones, los presidentes del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial y los miembros de las Mesas de las Cámaras), además de su hermana, la infanta Sofía, junto con sus padres, los reyes de España. Asimismo, su entrada no se hará por las puertas habituales situadas en los laterales del escenario. En cambio, se coloca una escalinata en el pasillo del Orden del Día para atravesar unas cortinas que, en el día a día de las labores parlamentarias, ocultan una puerta para acceder directamente a la tribuna.
Las medallas y el libro de honor
Tras la finalización de la sesión solemne de jura de la Constitución, Leonor acudirá a uno de los escritorios adyacentes al Hemiciclo. Allí será donde reciba, de parte de Francina Armengol y Pedro Rollán (presidentes de Congreso y Senado, respectivamente) las medallas del Congreso de los Diputados y del Senado. Estas mismas condecoraciones las portará al cuello Felipe VI durante toda la ceremonia. Una vez recibidas las medallas, Leonor será la encargada de inaugurar la segunda edición del Libro de Honor del Congreso de los Diputados. Ahí es donde se recogerán momentos y visitas de personalidades o personas destacadas en la Cámara Baja.
El protocolo de la jura de la Constitución de Leonor busca conseguir una ceremonia lo más parecida posible a la de su padre, en 1986. Los símbolos que acompañarán a la princesa durante toda la jornada son marcas de continuidad y permanencia de la monarquía española. Sin embargo, 37 años después, algunos cambios son inevitables: El juramento lo tomará una mujer (Francina Armengol), será en el marco de un Gobierno en funciones, y con la heredera al trono como hija de una reina que no proviene de la realeza.