Escrito por Pilar Martínez y Miriam Méndez
Las clases de historia suelen aburrir a los adolescentes, pero esta, en concreto, de
historia del mundo contemporáneo, la atendían en silencio. Hasta risas
surgían después de las explicaciones del matrimonio más famoso del panorama
de Vox.
Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros acudieron al Parque de Berlín de
Madrid para acercarse a sus seguidores más jóvenes. Adolescentes de más de 14 años
eran los invitados.
Sentados sobre taburetes (valga la redundancia, verdes), los conferenciantes animaban a los asistentes a leer y a aprender con anécdotas y metáforas históricas. Cuba,
Venezuela o Camboya fueron los destinos elegidos para alertar a los jóvenes sobre los
peligros del marxismo. Ni siquiera la ubicación se libró de ser metaforizada. El trozo de
muro que habita en este parque madrileño es un símbolo de la lucha de jóvenes
alemanes en 1989 hartos de la situación. Una situación, como evidenció el portavoz de
Vox en el Congreso, “de un comunismo en el que todos eran pobres”.
“Nunca dejéis de dar la cara por defender la libertad”, afirmó Rocío Monasterio.
“Nunca nos podrán engañar con lo que es el marxismo, nosotros estamos dispuestos a hacer frente con nuestras ideas al totalitarismo, no os dejéis manipular”, afirmaba Rocío Monasterio. “Nunca dejéis de dar la cara por defender la libertad”, añadía.
La mayoría del público escuchaba atentamente y con convicción las palabras de los
políticos. Palabras que parecían resonar en sus conciencias por las miradas de
admiración y seguridad de aquellos jóvenes de poca experiencia vital, al tener delante a
los que se presentaban como unos de sus mayores ídolos.
Al girar la cabeza, se podía ver un Parque de Berlín lleno de gente que apoyaba con una
sonrisa de oreja a oreja a los bien acogidos políticos de Vox, que esperaban confirmar
su voto ganándose el apoyo de la juventud que pueda votar. Una juventud vestida con camisetas propagandísticas del partido político que alzaba con ánimo las banderas de España, de Vox, y hasta un “España primero”.
“Progre es a progreso, lo que carterista es a cartera”, aseguró Iván Espinosa de los Monteros.
Tras hablar de la crueldad del marxismo y de la defensa de la libertad durante más de media hora, el matrimonio reservó 15 minutos para hacer referencia a la educación de los más jóvenes y a la competencia que se encontrarán en el mercado laboral.
Fueron unas palabras que terminaron ganándose el corazón y el apoyo de sus seguidores. El objetivo del evento era animar a los inexpertos a crecer y aprender, alentarlos a leer pero no El País u “otros medios progres”, ante el peligro de que España se pueda asemejar al régimen cubano. Espinosa de los Monteros lo justificó con la afirmación de que “progre es a progreso, lo que carterista es a cartera”.
Ambos políticos animaron a todos los presentes votantes de Vox a ser apoderados del
partido en las próximas elecciones del 10N. Un toque irónico y de resentimiento hacia
la izquierda acompañó a dicha petición: “Aquellos que quieran ayudar que levanten la
mano, pero la mano izquierda que luego los de El País nos critican”. Una izquierda que, esperan, quedará olvidada bajo la sombra del “partido que construirá la gran alternativa patriótica”.