Muhammad Hosni El Sayed Mubarak murió este pasado martes 25 de febrero. Mubarak gobernó Egipto durante cerca de tres décadas, desde que tomó el poder el 14 de octubre de 1981, tras el asesinato de su predecesor el presidente Anwar el-Sadat, hasta el 11 de febrero de 2011, cuando renunció a su cargo a causa de las protestas sociales de la primavera árabe. Según su abogado, Farid el Did, la salud de Mubarak había decaído tras ser sometido a una operación de estomago el pasado mes.
El Gobierno del actual presidente de Egipto, Abdel Fattah el-Sisi, quien fue públicamente apoyado por Hosni Mubarak, celebró de manera breve, pero con honores el funeral del exmilitar y político el miércoles 26 de febrero. Mubarak fue homenajeado por sus logros durante la guerra de Yom Kipur, a pesar de los casos que se le atribuyen de corrupción, cometidos en su mandato y por los presuntos abusos durante las manifestaciones de la primavera árabe, que ascendieron a 800 muertes, de las cuales fue absuelto en 2017.
La ceremonia se llevó a acabo en la mezquita del Mariscal Tantaui, situada a las afueras de El Cairo. Esta marcó el comienzo de los tres días de luto decretados por el Gobierno de Egipto. A las puertas del recinto, se reunieron seguidores del dictador, que entre lágrimas y pancartas se despidieron de él. Aunque no todos estuvieron a favor de este evento, pues además de protestas en redes sociales, defensores de los derechos humanos, como el director de la ONG Red Árabe para la Información de Derechos Humanos (ANHRI), Gamel Eid, opinaron que Mubarak “no merece un funeral oficial, ni pensión, ni honores”.
