Senadores
El número de miembros del Senado cambia en función de los habitantes que haya en una comunidad autónoma. Cada comunidad designa como mínimo a un senador, y a otro más por cada millón de habitantes. Al inicio de cada legislatura se produce la variación en el número de senadores.
Para ello, toman de referencia el censo de población a 1 de enero del año anterior. En la XII Legislatura, el Senado tenía 266 miembros (97 mujeres y 169 hombres).
La elección de senadores se hace mediante sufragio directo en listas abierta (a diferencia del Congreso, que son cerradas). En esa lista se eligen a cuatro senadores en cada provincia. En las islas hay un excepción, ya que a Gran Canaria, Mallorca y Tenerife les corresponden tres senadores, a Ibiza-Formentera, Menorca, Fuerteventura, La Gomera, El Hierro, Lanzarote y La Palma les corresponde uno a cada una. A las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla eligen a dos senadores cada una.
Los componentes del Senado se elige cada cuatro años. El mandato de los mismos acaba cuando finalizan esos cuatro años o con la disolución de las Cortes.
La vida en el Senado
María Jesús Bonilla Domínguez, senadora por Cuenca, ha contado a Mirada 21 cómo son las relaciones entre senadores: «Siempre digo que por encima de todo están las personas, y por tanto con independencia de la forma de pensar y de la ideología, están las relaciones personales, que siempre han de basarse en el respeto».
«Siempre digo que por encima de todo están las personas, y por tanto, con independencia de la forma de pensar y de la ideología, están las relaciones personales, que siempre han de basarse en el respeto», afirma Bonilla
Los senadores conviven diariamente en el trabajo, y cada uno es diferente. «Yo digo que la grandeza de nuestra democracia está en saber convivir con personas que piensan y sienten diferente que tú», remarca Bonilla, quién tiene buena relación con numerosos parlamentarios opuestos a sus ideas. Sin embargo, añade: «Yo tengo un límite: el respeto, para mí es esencial, y cuando se pierde ya te impide relacionarte con normalidad».