Toda la presencia humana de la autoproclamada república Nagorno Karabaj ha huido a causa de un conflicto entre Azerbaiyán y Armenia. Este éxodo masivo se debe a la irrupción militar por parte de los azerbaiyanos sobre la región de Nagorno Karabaj, poblada mayoritariamente por armenios. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha reconocido que «la situación es preocupante», al haber huido más de 100.000 personas.
«Una misión de la ONU fue allí, en misión humanitaria, y vio que casi no queda nadie», aseguró Turk. Hace días, un equipo de la Organización de Naciones Unidas, liderado por Vladanka Andreeva, visitó la región de Karabaj. Observaron que existían pocos «daños» en la infraestructura, sean hospitales o viviendas, edificios culturales, escuelas… Sin embargo, contemplaron cómo las autoridades azerbaiyanas reanudaban el funcionamiento de algunos servicios públicos.
El pasado viernes, el presidente de Azerbaiyán, İlham Əliyev, declaró que tanto los derechos políticos como religiosos de la población estarán «protegidos». También confirmó el establecimiento de un sistema de registro para que los armenios pudiesen decidir libremente si permanecer o no en el territorio. Además, el líder azerí expresó la importancia de encontrar una «solución» para garantizar a los refugiados armenios la posibilidad de que puedan ejercer su derecho al retorno, si lo que quieren es regresar a sus hogares.
“Nosotros no decidimos irnos, fuimos forzados a marcharnos», declara Asia Avetisián
Según las declaraciones recogidas en el El País, los soldados azerbaiyanos forzaron a la población armenia a desalojar sus viviendas. «Comenzaron a gritarnos que si no nos íbamos nos matarían en nuestras casas», asegura Asia Avetisián, una ciudadana karabají.
La capital del Nagorno Karabaj es una ciudad fantasma. Los Armenios la abandonaron pic.twitter.com/syOhLWpsB7
— Lorena (@lorena3afrodita) October 1, 2023
Más de 100.000 ciudadanos han llegado a un país formado por tres millones de habitantes. Numerosas familias tienen la posibilidad de llegar a Armenia y refugiarse en una casa conocida. Sin embargo, para la mayoría el acceso a la nueva vivienda supondrá un problema. La solución por parte del Gobierno de Armenia ha sido ayudar a casi la mitad de los refugiados ofreciéndoles alojamientos provisionales. De hecho, la capital de Armenia, Ereván, decidió proporcionar a cada adulto o niño que provenía de Karabaj 100.000 drams (230 euros aproximadamente).
Christine Wiegand, representante de Unicef en Armenia, se sorprendió ante la cantidad de niños que han necesitado «apoyo psicosocial», aparte de llegar hambrientos y cansados. Algunas de las necesidades más urgentes de las últimas semanas fueron comida, agua, alojamiento, medicinas, artículos de higiene y pañales.
Matthew Morris, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC), ha relatado a Mirada 21 la necesidad de los refugiados de contactar con sus familias: «Necesitaban tarjetas SIM para poder contactar con sus más cercanos». «Nuestros equipos continúan ayudando a las personas que necesitan volver a conectarse con sus seres queridos», enfatizó Morris. También destacó el esfuerzo que están realizando para acceder a las áreas más remotas del territorio en busca de personas que necesiten ayuda: «Nuestros socios de la Cruz Roja Armenia pudieron ayudar a muchas personas que llegaron a los centros de recepción en las últimas semanas, pero esto está llevando algún tiempo».
De imperios pasados hasta la actualidad
Nagorno Karabaj es un territorio de casi 5.ooo kilómetros cuadrados, y se conoce por su nombre ruso, traducido como «Karabaj montañoso». Aunque esté bajo la soberanía de Azerbaiyán, Karabaj se autoproclama como un Estado que tiene como objetivo la anexión con Armenia. La población armenia lo considera como la República de Nagorno-Karabaj o República de Artsaj, una región que aprobó su independencia de Azerbaiyán en 1988. Los azerbaiyanos musulmanes y los armenios cristianos estuvieron durante siglos en disputa para decidir quién debía controlar el territorio.
El Imperio Ruso se disolvió en 1917, derivando así al aumento del número de territorios independientes y agravando la tensión entre Armenia y Azerbaiyán. Años más tarde, Rusia orientó su punto de mira hacia los estados independientes del Cáucaso, y, posteriormente, los incorporó a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En un principio, Nagorno formó parte de la República Socialista Soviética de Armenia, pero en 1923 se revocó la decisión y empezó a ser una región administrativa autónoma de Azerbaiyán con un porcentaje alto de etnia armenia.
Tras la caída de la URSS en los años 90, tanto Armenia como Azerbaiyán declararon su independencia, mientras que Nagorno Karabaj solicitó su incorporación al territorio armenio. En consecuencia, comenzó la primera guerra entre las dos fuerzas, que provocó la muerte de casi 30.000 civiles. Según un estudio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), más de un millón de personas se convirtieron en refugiados.
En 1994, Armenia y Azerbaiyán firmaron el Protocolo de Bishkek, un armisticio mediado por Rusia que dejaba a Nagorno Karabaj en manos de Azerbaiyán. A causa de no llegar a ningún tratado de paz en décadas posteriores, las fronteras se fueron militarizando cada vez más.
En 2020 estalló la tensión acumulada en la provincia de Tavush y Tovuz. Se añadieron enfrentamientos locales a lo largo de sus fronteras, que cesaron al firmar el acuerdo de Karabaj 2020. A partir de esta denominada segunda guerra de Alto Karabaj, surgieron asaltos esporádicos y fracasaron las mediaciones propuestas.
El corredor de Lachín es un paso de montaña que conecta Armenia con la República de Artsaj, bajo dominio armenio y salvaguardado por tropas rusas. Se recrudeció la situación en 2022, a causa de un bloqueo en la circulación del corredor de Lachín por parte de Azerbaiyán.
El pasado julio, la diplomacia armenia instó a intensificar los «esfuerzos internacionales» con el objetivo de finalizar el bloqueo de Nagorno Karabaj y reabrir el corredor. Al mismo tiempo, expresó sus preocupaciones acerca de una posible «limpieza étnica» en la región. A pesar de las mediaciones por parte de la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, Armenia y Azerbaiyán no lograron llegar a un acuerdo de paz.
«Lo ocurrido ahora es el resultado de la evolución de unos acontecimientos que han dado un giro especial en estos últimos meses», asegura Isidoro Jiménez
Isidoro Jiménez, profesor de Comunicación, Periodismo y Relaciones Internacionales en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), ha explicado a Mirada 21 que este conflicto está en «vías de una complicada solución». También ha confirmado que los territorios provienen de décadas de confrontación, con diversos episodios de guerra y treguas, por lo que no sería de extrañar que en un futuro pueda volver a ocurrir.
Jiménez explica que la tensa situación en la región ha atraído la atención global. Esto se debe a la rivalidad entre los actores principales y al respaldo de terceros países interesados en el control de la zona, además de fortalecer sus posiciones en el escenario internacional.
El papel de Rusia y Turquía
Rusia y Turquía han tenido un rol fundamental desde el inicio del conflicto. Turquía, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), fue el primer país en reconocer la independencia de Azerbaiyán en los años 90 y ha seguido apoyando al territorio desde entonces.
En el período comprendido entre 1915 y 1923, tuvo lugar el trágico episodio conocido como el «genocidio armenio», perpetrado por el gobierno de los otomanos. Durante este tiempo, la comunidad armenia fue objeto de persecución, asesinato y sometida a deportaciones forzosas.
Armenia ha estado respaldada por Rusia. Sin embargo, su relación empeoró desde el nombramiento del primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, en 2018. Este declaró que era un «error estratégico» la dependencia con Rusia y comunicó su intención de realizar ejercicios conjuntos con las fuerzas estadounidenses, acción que Moscú tachó de «poco amistosa».
El presidente ruso, Vladimir Putin, rechazó la afirmación de que Armenia hubiera quebrantado su alianza con Rusia. Sin embargo, señaló que Ereván había reconocido la soberanía de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj. «Si Armenia misma ha reconocido que Karabaj es parte de Azerbaiyán, ¿Qué camino debemos seguir?», expresó Putin.