Escrito por Alberto Barrios y María Soler
“Es una ventana abierta a aquellos alumnos que tienen una especial inquietud por escribir una historia”. Así describe Pedro Gómez, uno de los creadores de la Sociedad de alumnos de Guion de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), el sentido de este proyecto. Arturo Encinas, otro de los creadores, reflexiona sobre la iniciativa de Paula Puceiro, decana de la Facultad de Comunicación, y Diego Botas, director del grado de Comunicación Audiovisual, al trasladarle a él y a otros profesores (Juan Rubio y Pedro Gómez), la idea. “Ellos se habían dado cuenta de que hacía falta un ámbito en el cual pudiéramos juntar a los alumnos que tienen inquietudes narrativas para que tengan un lugar en el que poder desarrollar más ese aspecto de su formación”, asevera el Encinas.
Alumnos y profesores se reúnen dos veces al mes para tratar los fundamentos del guion y crear un proyecto conjunto. El objetivo es rodar un largometraje, “de unos 70 minutos”, formado por «sketches». El hilo conductor que une las distintas historias es la moralidad en los jóvenes.
Una sociedad abierta a todos, pero sobre todo a cinéfilos
“No es que la sociedad esté cerrada a gente que no sea de comunicación, sino que especialmente suele venir ese tipo de gente, en la sociedad partimos de un nivel similar”, responde Arturo Encinas sobre a qué alumnos acoge la Sociedad de Guion. Para Pedro Gómez, el perfil del alumno medio es de un “apasionado de lo audiovisual, del cine casi siempre. Con ganas de trabajar porque sabe que le va a sacar un rendimiento como mínimo personal, y nunca es descartable que también profesional”.
“Es darles la oportunidad a los alumnos de profundizar en algo que, aunque en la carrera tenga cierta presencia, es un mundo inabarcable”, asegura Pedro Gómez sobre el papel de esta sociedad. Una opinión que comparten algunos alumnos como Elsa, estudiante de Comunicación Audiovisual e integrante de la sociedad: “La carrera de comunicación audiovisual ofrece asignaturas de guion, pero solo en los dos primeros años. Para la gente que nos queremos dedicar a escribir, específicamente guiones, esto se nos queda un poco corto”.
Los alumnos que integran la Sociedad de Guion trabajan en un proyecto de escritura que trata de imitar el modelo profesional. La sociedad, para Arturo Encinas, se plantea como “un recorrido anual a través de las etapas en la escritura de una ficción audiovisual”.
“La primera cosa que aporta a los alumnos la sociedad es un acompañamiento muy fuerte, muy de cerca para las personas que quieren seguir todo este proceso de escritura”, afirma Arturo Encinas. Aunque el propio director destaca como uno de los valores más importantes la comunidad que se genera. “Se acrecienta una comunidad de gente que está interesada en esto, los alumnos se ponen en relación con otras personas que tienen sus inquietudes y aumentan su red de contactos”, ensalza el Arturo Encinas.
Una formación integral
Más allá de las actividades internas, la Sociedad de Guion ha impulsado un primer seminario abierto a todos los alumnos de la universidad. El encargado de impartirlo ha sido Antonio Landrove, antiguo alumno de Comunicación Audiovisual, quien actualmente trabaja en el Instituto de Innovación de la UFV. “La idea es ofrecer un espacio en el que puedan centrarse en esa actividad que tanto les gusta, en ser un fabulador”, define Landrove.
El curso se ha dividido en cuatro sesiones, y en cada una de ellas se ha tratado un aspecto fundamental del guion. La primera sesión buscó profundizar en la idea de personaje, y la segunda, la estructura en la que se divide un guion, los actos. En la tercera, el Landrove abordó los términos técnicos más básicos, y, por último, en la cuarta, los estudiantes ahondaron en las diversas formas de dar salida a un guion.
A la pregunta de cuál ha sido la principal lección en dicho taller, Nicolás Pérez, alumno de 3º de Comunicación Audiovisual, ha respondido que “para saber desarrollar un personaje debes empatizar con él, ponerte en sus zapatos”. A esta afirmación se suma Vicente Serres, alumno también de 3º, y añade “que las contradicciones en un personaje no son malas, sino todo lo contrario”.