El Black Friday, que se celebra el último viernes de noviembre, tras el Día de Acción de Gracias, se ha consolidado como una de las fechas de compras más importantes del mundo. Se caracteriza por las grandes rebajas que ofrecen las empresas, especialmente en productos tecnológicos, electrodomésticos y prendas de vestir. Esta tradición tiene su origen en los años 60, en Estados Unidos, y marca el inicio de la temporada de compras navideñas. Con el paso de los años, esta tradición se ha ido extendiendo hasta llegar a todas partes del mundo.
En el fin de semana del Black Friday, las empresas realizan descuentos extraordinarios. Sin embargo, la realidad es que estas promociones no son del todo reales en algunos casos. Durante las semanas previas a esos días, algunos comercios incrementan los precios de sus productos para posteriormente hacer ver a los consumidores un supuesto descuento. También hay empresas que tienden a realizar prácticas comerciales desleales. Estas estrategias fuerzan al consumidor a cometer errores y a realizar compras que, en otras circunstancias, no habrían hecho. Según un sondeo realizado por FACUA-Consumidores en Acción en el mes de noviembre de 2022, el 85% de los consumidores cree que la gran mayoría de comercios ofertan falsos descuentos en Black Friday.
El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 abrió expedientes sancionadores a grandes operadores de comercio electrónico por presuntas prácticas de rebajas engañosas durante el Black Friday de 2023. Estos operadores incrementaron en el precio de los productos antes de la campaña para luego ofrecerlos al precio original, generando una falsa percepción de descuento. Según la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, el precio anterior debía ser el más bajo de los 30 días anteriores. La Dirección General de Consumo, tras revisar 1.140 productos con herramientas de la Comisión Europea, confirmó irregularidades en sectores como electrónica y cosmética. Las sanciones en estos casos pueden llegar hasta 100.000 euros o multiplicarse según el beneficio obtenido.
Ventaja para las grandes empresas
Según datos de la Confederación Española de Comercio (CEC), durante el Black Friday de 2023, las ventas de grandes empresas ascendieron un 15%, mientras que las de los pequeños comercios crecieron tan solo un 3%. La diferencia se debe, en gran parte, a la capacidad de las grandes multinacionales para ofrecer descuentos masivos, algo difícil de igualar para los minoristas locales.
El Black Friday genera controversia, ya que, mientras beneficia a gigantes del mercado, perjudica a los pequeños comercios al no poder igualar las grandes promociones. Existen movimientos como el Green Friday que critican el consumo excesivo que fomenta esta jornada y recuerdan la importancia de un consumo más responsable.
Las grandes empresas del mercado tienen más margen económico para permitirse rebajar sus productos durante estos días. Al reducir los precios, incrementan las ventas notablemente, lo que hace que puedan atraer a nuevos clientes. Otra de las ventajas que supone el Black Friday para las grandes empresas es la liberación de stock. El exceso de mercancías dentro de la empresa puede suponer pérdidas. En este sentido, los negocios realizan descuentos en productos que no se han vendido para darles salida.
El reto para los pequeños comercios
Los comercios locales compiten en una batalla desigual. Sus márgenes de beneficio son más limitados, al igual que sus presupuestos. En numerosos casos, los pequeños comercios no pueden igualar los precios de los grandes competidores. Gema Fernández, propietaria de la tienda Golden & Go en la calle López de Hoyos en Madrid, ha confesado a Mirada 21: «Yo mantengo los mismos precios durante todo el año. Si yo bajo los precios de mis productos en el Black Friday, voy a perder dinero». Fernández también explicó: «Nosotros no tenemos ese margen que tienen las grandes empresas para rebajar los precios. La gente va como loca a las tiendas donde hay descuentos».
«Si yo bajo los precios de mis productos en el Black Friday, voy a perder dinero», expresa Gema Fernández.
Los pequeños comercios son los que más sufren la llegada del Black Friday. Para ellos, es insostenible ofrecer los descuentos del 50% o más que dan las grandes empresas. Numerosos consumidores tienden a priorizar los grandes establecimientos, lo que genera un descenso significativo de las ventas de los pequeños negocios durante estas fechas.
Además, la visibilidad es otro de los retos. Las grandes empresas invierten millones en campañas publicitarias digitales y tradicionales, y llenan el mercado de ofertas llamativas que eclipsan a los pequeños comerciantes. Esto, sumado a la preferencia de los consumidores por las promociones de las grandes marcas, genera una pérdida significativa de clientes para el comercio local durante estas fechas.