Navarra amaneció este viernes entre temblores. Un terremoto de 4,4 grados en la escala de Richter azotó a la localidad de Oricáin, a las afueras de Pamplona. El seísmo se registró a las 7:43 h.
La sacudida provocada por el movimiento sísmico alarmó a la población, que reaccionó, como suele ser habitual en terremotos que no son graves, publicando su situación en las redes sociales.
“Aún me tiembla el cuerpo”, «Han vibrado las camas, ventanas, puertas… qué susto!!!”, “Se ha sentido muchísimo, mucho miedooo” o “Menudo terremoto que me ha despertado, increíble”, son algunos de los mensajes que circulaban por las redes, a eso de las ocho de la mañana.
#terremotopamplona de 4.4 de magnitud grabado por las cámaras de tráfico. #Pamplona #terremoto pic.twitter.com/zBYZT1QlTg
— Estructurando (@Estructurando) 10 de marzo de 2017
En el epicentro del terremoto, Oricáin, una ciudad de 120 habitantes a poco más de 10 kilómetros de Pamplona, se sintió el temblor de mayor intensidad, según el Instituto Geográfico Nacional.
Fuentes del Ayuntamiento señalaron que «algún vecino ha comentado que se le ha roto un cristal y algún otro hablaba de una grieta, nada más. Ha sido un gran susto, pero afortunadamente no hay daños. Sobre todo no hay daños personales, que es lo importante».
Según las primeras evaluaciones de los servicios de emergencias, el seísmo no ha causado daños, ni víctimas de gravedad, gracias a su corta duración.
En un primer momento, el 112 recibió una avalancha de llamadas, pero, mayoritariamente, fueron para pedir información de lo ocurrido.
La Policía Foral avisó, a través de Twitter, del terremoto, instantes después de producirse: «Detectado movimiento sísmico en la comarca de Pamplona, breve pero intenso. Estaremos atentos».