El primer ministro de canadiense, Justin Trudeau, ha visitado el Parlamento Europeo este jueves. El mandatario se ha desplazado a la Eurocámara un día después de la aprobación formal del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA, Acuerdo Económico y Comercial Global), el cual ha sido negociado durante los últimos siete años.
El CETA ha sido criticado por la mayoría de los eurodiputados del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea y del Grupo Europa de las Naciones y las Libertades. Entre ellos, la parlamentaria europea de Podemos Lola Sánchez, del primer conjunto, quien asegura que “llevará a muchos europeos a creer menos aún es la UE y dará alas a quienes quieren resucitar los fascismo otra vez”. De igual manera, la diputada comunitaria y candidata a la Presidencia francesa, Marine Le Pen (de la segunda agrupación), ha atacado el acuerdo: “Suprime casi todos los derechos de los consumidores sobre productos que intercambien la Unión Europea y Canadá, y destruirá miles de trabajos en Europa”.
Sin embargo, el primer ministro canadiense ha asegurado que este acuerdo “progresista y moderno” supondrá una mejora para los ciudadanos tanto norteamericanos como europeos. Trudeau ha defendido que el CETA servirá para crear “empleos de calidad y bien pagados para la clase media, permitirá asegurar el bienestar de las familias y contribuirá a reforzar ambas sociedades”.
Trudeau echa flores a la Unión Europea
El discurso de Trudeau se ha centrado en acercar los valores europeos y canadienses. Según el primer ministro, la gran mayoría de estos coinciden, como “la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos, la inclusión y la diversidad”. Por ello, sostiene que ambas potencias deben unirse para “liderar la economía mundial”.
Además, Trudeau ha elogiado a la Unión Europea, a la cual considera “un logro extraordinario” y “un modelo de cooperación pacífica”. Asimismo, ha afirmado que la UE es “vital para resolver los desafíos a los que nos enfrentamos en la comunidad internacional”. Todo esto lo ha pronunciado el primer ministro en un momento en el que la organización de los 28 se ve amenazada por el avance de los populismos (que apoyan la salida de sus respectivos países de la UE) y por su fragmentación, después del triunfo del Brexit en Reino Unido.