Todo empezó en las redes, con la plataforma on line Barcelona is not Catalonia. Un grupo de ciudadanos anónimos, que no se sentía identificado con el pensamiento independentista, quiso compartir su opinión sobre el asunto y aislarse de la amenaza separatista. Para ello crearon Tabarnia, una idea nacida como espejo del «absurdo independentismo». Esta propuesta se presenta como un movimiento unificador, y plantea la creación de una nueva comunidad autónoma que se quedaría en España en caso de que se proclamase la independencia de Cataluña.
Barcelona y Tarragona compondrían esta nueva autonomía ficticia, por al apoyo no nacionalista catalán que ambas comunidades mostraron en las elecciones del 21-D. Los votos de las dos ciudades que conformarían Tabarnia valen entre tres y cuatro veces menos que los de Lérida y Gerona. Esta desigualdad ha sido una de las razones fundamentales que han llevado al grupo a formarse.
Éxito en la red
El objetivo que inspira Tabarnia, según su plataforma española, es «a través de la legalidad y amparados en la Constitución Española, crear un movimiento social con el fin de permanecer en el Estado». El fenómeno de Tabarnia logró ser trending topic mundial y acumula ya 1.500.000 entradas en Google.
Lo que comenzó como una campaña virtual contraria al independentismo, parece cada vez más real al adoptar los símbolos de una autonomía. Tabarnia tiene ya su propia bandera –a la venta en su página– y el martes presentó a su presidente. El dramaturgo catalán Albert Boadella juró el cargo desde su exilio en Madrid por Skype, con un discurso en tono irónico, en el que se le presentó como una persona que «desconoce el sentido de la palabra humor» y alguien «profundamente anticatalanista». Su intervención fue completamente satírica, hizo un corte de mangas y criticó la actitud de todos los independentistas, «han dividido Cataluña, España y, si pueden, Europa», denunció el presidente.
«Tabarnia llegará tan lejos como el independentismo quiera llegar», anunció el portavoz tabarnés a La Vanguardia.
Jaume Vives, portavoz de la iniciativa, declaró en una entrevista al periódico La Vanguardia que «Tabarnia llegará tan lejos como el independentismo quiera llegar». También describió el movimiento como un «soplo de aire fresco» como respuesta a la «matraca independentista.
El proyecto nació de un vídeo que se hizo viral con el tema «¡Que viva España!», de Manolo Escobar, a todo volumen en un balcón de Barcelona. Según su portavoz, que participó también en la polémica hazaña, la finalidad de Tabarnia es acabar con la «locura colectiva» independentista que se ha vivido en Cataluña los últimos años.