Siria cumple seis años en guerra

- Desmarcar - 17 de marzo de 2017

Se cumplen seis años desde que dio comienzo la guerra en Siria este 15 de marzo. Acorde al proceso que sufrió Oriente Medio durante la Primavera Árabe, el conflicto empezó como manifestaciones pacíficas en favor de la libertad y la democracia frente al Gobierno de Bashar al Asad. A las que el Estado sirio respondió con represión y violencia, lo que provocó que los civiles se armasen y agrupasen con el objetivo de derrocar al actual presidente.

Este hecho dio paso a uno de los conflictos más importantes, cruentos y largos de la historia moderna: la guerra en Siria. Desde el 15 de marzo de 2011 hasta la actualidad, 2017; el intercambio de fuego entre bandos ha causado la muerte de más de 470.000 personas, 145.00 desaparecidos y más de 11 millones de movilizados. Dentro de estos, se calculan que cerca de seis millones se encuentran aún dentro de las fronteras del país, mientras que cinco millones han logrado escapar.

Tras seis años de incesante destrucción, la paz parece algo lejano a pesar de los incesantes esfuerzos de Bruselas, la coalición internacional y la ONU. Esto se debe a que dentro de la guerra civil que vive Siria, hay tres grupos completamente diferentes. Por una parte, se encuentra el régimen de Bashar al Asad, que cuenta con el apoyo de Irán y Rusia; por otra, los rebeldes en contra del líder sirio. Los sublevados están formados por distintos grupos que difieren entre sí excepto por su objetivo: tumbar a Al Asad. Los rebeldes trabajan junto a EE.UU. (que lidera la coalición internacional) y Arabia Saudí. Y, por último, los grupos extremistas que pretender crear un “nuevo estado”. Estos están compuestos por Al Nusra (filial de Al Qaeda) y el autodenominado Estado Islámico o Daesh.

El IS (Estado Islámico según sus siglas en inglés) ha ocupado un tercio de Siria y ha establecido la capital del “nuevo califato” en Raqqa. Liderados por Abu Bakr al-Baghdadi, el IS es el principal miedo de los sirios y de Occidente, tras el inicio de una oleada de atentados con el asesinato de redactores de Charlie Hebdo en enero de 2015. A pesar de sus crecientes apoyos y fuerza, recientemente el IS perdió una de sus localizaciones claves, Mosul, frente al Ejército del régimen.

Bashar al Asad llegó al poder en Siria tras la muerte de su padre, Hafez al Asad en 2000. Aunque en su ascensión a la Presidencia Al Asad prometió democratizar Siria, las fraudulentas elecciones de 2007 en las que él salió reelegido provocaron una situación de malestar entre su pueblo y las organizaciones internacionales (como la ONU) debido a su uso improcedente de la violencia. Actualmente, las posiciones sobre su continuidad tras el final del conflicto son contrarias. Rusia es uno de los pocos estados que defienden su permanencia tras el cese de la violencia, mientras que EE.UU., Turquía y Francia exigen que se retire del cargo y que sea juzgado por delitos de guerra. El propio Bashar al Asad mantiene que dicha decisión está en el pueblo sirio, que será llevado a referéndum una vez acabe la guerra.