Dos días después de la celebración del referéndum que concluyó con la creación de una entidad autónoma musulmana en la región meridional de Mindanao en 2022, al menos 20 personas han perdido la vida y decenas han resultado heridas en un atentado en una catedral del sur de Filipinas.
La primera bomba estalló en el interior de la Catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo, en el momento en el que se estaba celebrando la misa dominical, mientras que la segunda explosinó en el aparcamiento de esta poco después.
Entre los muertos no solo se encuentran civiles que acudieron a esta misa de domingo, también han perdido la vida 14 militares y dos policías, según ha informado a las cadenas locales el superintendente jefe Graciano Mijares.
Pese a que ningún grupo terrorista se ha “asignado” este ataque, el portavoz del presidente de Filipinas, Salvador Panelo, ha declarado que esta agresión ha sido un «acto de terrorismo» y un «atrevido desafío». Panelo ha hecho referencia a la creencia que tienen los grupos musulmanes del sur de Filipinas, país con una mayoría de habitantes cristianos, de que el Gobierno es incapaz de controlar esta región del país, donde hay una mayoría musulmana y una gran cantidad de ataques islamistas.
Añadió en declaraciones a ABS-CBN: «El Ejército de Filipinas responderá a este desafío y aplastará a estos criminales impíos. Perseguiremos hasta los confines de la Tierra a los despiadados perpetradores detrás de este crimen cobarde hasta que cada asesino sea llevado ante la Justicia y sea puesto tras las rejas» en las declaraciones que realizó para la ABS-CBN.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, también ha reaccionado a este atentado y ha realizado una serie de declaraciones en las que promete «aplastar» a los «impíos criminales» que han sido responsables de este ataque.