La sala de conferencias de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) acogió, el pasado miércoles 31 de octubre, un seminario con el objetivo de llevar a los presentes a pensar sobre las nuevas tecnologías, sus usos y cómo pueden generar dependencia. La primera parte del encuentro, a cargo de Elena Arderius, psicóloga y coordinadora del Centro de Acompañamiento Integral a la Familia (CAIF), y Sara García representante del Gabinete de Orientación Educativa (GOE), consistió en una explicación del problema, su análisis y sus posibles soluciones. Además, se presentaron testimonios en vídeo de personas que en algún momento se habían encontrado en situación de adicción provocada por la tecnología y su mal uso.
Para comenzar el encuentro, explicaron las motivaciones con las que se había pensado el seminario, expusieron que son la generación millennial (nacidos entre 1975 y 1995) y la generación Z(los nacidos desde 1995 y hasta la actualidad) los más afectados por este tipo de conductas, por ser los que están en contacto más directo con la tecnología, y dijeron que por esta razón era tan importante advertirlo ahora, porque «antes no tenía tanto sentido». Además, dejaron claro que si las nuevas tecnologías se usan bien siempre hacen «la vida mejor», pero que era necesario recordar que el uso de las redes sociales, el teléfono o el ordenador, las apuestas, las compras… puede, a largo plazo, generar adicciones.
Las ponentes explicaron que para que se dé una adicción tiene que haber dos pasos previos: “En primer lugar, el uso, que es normal y no acarrea ningún daño; después un abuso, que es donde ya empieza a haber problemas, y, por último, la dependencia, que es cuando realmente hay un diagnóstico de una adicción”. Para terminar la primera parte del encuentro, Elena Arderius denominó este tipo de problemáticas como “psicopaTIClogías” y dio a los presentes una serie de consejos sobre cómo evitarlas, sobre todo con el móvil. “Silenciar las notificaciones, eliminar las aplicaciones que nos puedan hacer daño, no usarlo en las comidas y cargar los dispositivos electrónicos fuera del dormitorio, son algunas ideas que pueden ayudar mucho”, expresó Arderius.
Desconecto, luego existo
En la segunda parte del seminario, Isidro Catela, profesor de Comunicación y Humanidades de la UFV, presentó su libro Desconecto, luego existo. Propuestas para sobrevivir a la adicción digital. Para comenzar, explicó que parte de una doble inquietud “como padre y educador, siendo consciente de que la adicción digital afecta a todos, y como profesor y especialista en comunicación y humanidades, para poner en contacto algo tan aparentemente distinto como Aristóteles y el WhatsApp”.
“Estamos cada vez más conectados, pero menos vinculados”, este concepto, explicó Catela, es el punto de partida de su libro y analiza cómo con las nuevas tecnologías las personas tienen más contacto unas con otras, pero no necesariamente generan vínculos profundos con esas personas. Expuso también que en la primera parte de su libro, observa cómo se ha producido un cambio de época, y cómo antes las personas miraban alrededor y eran los receptores directos de su realidad, después entraron las pantallas en esa interacción y mediaban en el contacto, y cómo en la actualidad ya no miran alrededor, sino que se miran a sí mismas mientras la realidad pasa por detrás. Esto lo acompañó con una serie de cifras, cuyo objetivo era plasmar esta realidad y hacerla visible. «Los españoles miramos el móvil al día más de 150 veces de media, según estadísticas de empresas tecnológicas y la Dirección General de Tráfico, y no podemos estar más de 60 minutos sin mirarlo”, señaló Catela.
“Estamos cada vez más conectados, pero menos vinculados”, afirmó Isidro Catela.
Por último, el profesor explicó que la primera parte termina hablando del mito de Narciso: “No es un mito, sino una actualísima realidad”. Además, denunció que “cada vez son más, y de forma más alarmante, las personas que se caen por un precipicio haciéndose selfies”. “El libro empieza de manera un poco tremenda, asustando, porque somos un poco narcisos digitales, pero luego termina con la parte buena, con la botella medio llena”, destacó Catela, quien añadió que la tecnología es buena y está pensada para hacer la vida más fácil, pero que también “puede programarse y, de hecho, se programa para ser adictiva”.
Isidro Catela destacó que el uso de la tecnología en la actualidad, conociendo estos riesgos, es “una lucha constante de autocontrol y de ser ciudadanos virtuosos, sabiendo que hay gente que está creando algo pensando en que sea adictivo”. Además, el profesor explicó que en su libro habla de la enfermedad de los Hikikomoris,que se originó en Japón, país que ya cuenta con 1,2 millones de diagnósticos. Quienes sufren esta patología se encierran en su habitación durante más de seis meses, con un problema social agudo, cuyo único contacto con el mundo exterior es Internet y los videojuegos. Catela hizo un paralelismo entre esta realidad y el Mito de la Caverna de Platón y resaltó que las cifras en España ya alcanzan los 200 diagnósticos anuales.
Isidro Catela concluyó diciendo que su libro cierra con “una propuesta equilibrada de uso, una dieta digital en cuatro pasos”. Estos cuatro pasos comienzan con repensar, es decir hacer un buen diagnóstico; reiniciar, que implica desintoxicarse y dejar de usar esas cosas que generan adicción; reconectar, vincularse con las cosas con las que se ha perdido el contacto debido a la adicción, y, por último, reconectar. Según explicó Catela, implica “volver a tomar contacto con las tecnologías, pero de una manera sana y consciente”.