El colectivo feminista, liderado por la Comisión del 8M, organizó -junto con la Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CC.OO.), Confederación General del Trabajo (CGT) y Confederación Nacional del Trabajo (CNT)- una huelga general (por parte de CNT y CGT) y dos parones laborales (UGT y CC.OO.) a nivel nacional el pasado jueves 8 de marzo. Los sindicatos han cifrado en seis millones de personas las que ejercieron el derecho a huelga durante los dos parones. Estas cifras tan solo son superadas (en democracia) por la huelga general del 14 de diciembre de 1988, en la que ocho millones de trabajadores abandonaron sus puestos de trabajo.
Pero la huelga no solo era laboral, el Manifiesto del 8M también invitó a las mujeres y jóvenes a ausentarse en sus labores domésticas, a no consumir y a que las estudiantes no fueran a clase. Así es como la Universidad Complutense de Madrid (UCM) cerró las aulas de las facultades de Economía, Filosofía, Psicología, Turismo y Educación. También siguieron la misma suerte la Universidad de Granada y la de Sevilla. En algunas facultades sí hubo incidentes en las primeras horas de la jornada. Según la Delegación del Gobierno de Madrid, se quemaron cuatro contenedores en la Facultad de biológicas de la UCM y en la Facultad de Políticas un grupo de 80 personas se encerraron en dependencias de la Institución.
Desde Atocha hasta la prensa internacional
A las 00:00h del 8 de marzo dio comienzo, oficialmente, la jornada de huelga y manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con el encierro de estudiantes (un grupo no mixto formado solo por mujeres) de Somosaguas. A su vez, otros grupos de mujeres realizaron caceroladas a lo largo de la madrugada.
Aunque hubo algunos incidentes protagonizados por los piquetes, la jornada transcurrió con calma. Durante todo el día, los grupos de manifestantes estuvieron recorriendo Madrid con gritos de «¡no nos mires, únete!». Ante la cantidad de personas manifestándose a lo largo del día, los cuerpos policiales se vieron obligados a cortar varias calles de la capital y los servicios de transporte público se vieron desbordados.
La manifestación general, que llamaba a todo el mundo a participar, llegó a las 19:00h para recorrer el tramo comprendido entre Atocha y Plaza de España. Casi a la misma hora, otras 200 localidades de España hacían lo mismo: en Sevilla desde Plaza Nueva hasta Alameda de Hércules, en Barcelona desde Paseo de Gracia hasta Plaza de Catalunya…
Según los sindicatos, en Madrid salieron 600.000 personas a la calle.
Aunque los periódicos españoles cifran las manifestaciones en «cientos de miles de personas», los internacionales han definido, tanto la huelga como la manifestación, como «histórica» y «sin precedentes», y han hablado de «millones» de individuos en la calle. The New York Times, BBC, CNN o Le Monde son algunos de los medios que han hecho eco del movimiento feminista en España y resaltan este 8 de marzo como «una victoria».
A pesar de que en un principio la comisión había delimitado zonas mixtas (hombres y mujeres) y zonas no mixtas (tan solo chicas), a pocos minutos de iniciar la manifestación, ambos sexos se entremezclaron en la autodenominada «marea morada». Aun comenzando a las siete de la tarde, el grueso de la concentración no llegó a Plaza España hasta pasadas las once de la noche. En total, los organizadores indican que hubo 600.000 asistentes en Madrid, mientras que la Delegación del Gobierno cifra en 170.000 los manifestantes.
Gritos y pancartas
«Madrid será la tumba del machismo», «Aquí estamos las feministas», «No estamos solas, faltan las asesinadas», «No queremos ser valientes, queremos ser libres»… son algunos de los cánticos que acompañaron la manifestación durante toda la tarde. Mientras que en los carteles se podían leer mensajes como: «Soy Diana Quer, soy Juana Rivas, soy Marta del Castillo, soy Rihanna», «¡Cuidado! Mujeres sin miedo», «La revolución será feminista o no será» o, simplemente, «¡Basta!».
UGT y CC.OO. afirman que el 80% de los centros de trabajo se vieron afectados.
Aunque hubo presencia de partidos políticos, principalmente, de izquierdas, banderas republicanas y mensajes violentos, no hubo incidentes graves durante las más de cuatro horas de recorrido.
Madrid, un seguimiento de casi el 24%
Según datos aportados por el Gobierno regional, los servicios de la Administración de la Comunidad de Madrid tuvieron un seguimiento del 23,68% (entre paro general y parciales). La Consejería de Cultura, Turismo y Deportes encabezó las listas, con casi un 40% de trabajadores secundando la huelga; mientras que la Consejería de Sanidad fue la menos afectada, con un 15%.
Aun así, los sindicatos de UGT y CC.OO. tildaron en Cibeles la huelga como «éxito histórico». «Es un gran logro, hay más de un 80% de centros de trabajo donde se nota el seguimiento de esta convocatoria», afirmó el secretario general de CC.OO. de Madrid, Jaime Cedrún. Para el líder de UGT Madrid, Luis Miguel López Reillo, esta jornada debe tener «respuestas» en forma de «medidas legislativas, educativas, culturales… para conseguir la igualdad en este país».
Fue una jornada que contó con el apoyo de los principales dirigentes políticos del país. En la mañana del 8 de marzo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien había sido criticado por la oposición por su posición inicial reticente respecto a las movilizaciones, lució un lazo morado. «Creemos en una Europa que defienda que la igualdad de la mujer siga siendo un valor fundamental no solo para nuestros partidos, sino para el conjunto de la sociedad», afirmó. Esta declaración suscitó algunas quejas y elogios en redes sociales, ya que hace unos días representantes del PP habían manifestado su disconformidad con la huelga y las marchas.
Algo similar ocurrió con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien mostró un lazo morado en su cuenta de Twitter junto a un mensaje. Mientras que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y su homólogo de Podemos, Pablo Iglesias, asistieron a la manifestación.
El otro manifiesto
El País publicó un manifiesto firmado por 26 mujeres (entre las que se encuentran la eurodiputada Teresa Giménez) en respuesta al escrito por la Comisión del 8M: No nacemos víctimas.En él, se expresa la «inquietud» de algunas personas frente a «una corriente de opinión (…) que pretende hablar en nombre de todas las mujeres».
«No nos reconocemos víctimas», afirma el escrito haciendo referencia al original. El manifiesto desarrolla que, en España, las mujeres son «adultas, libres y responsables», aunque destaca que eso «no significa que no se pueda mejorar».
En él, también se destaca la presencia de mujeres en puestos de presencia política como alcaldías, presidencias regionales y vicepresidencias. Además, recuerda que en España son más las matriculadas en universidades que hombres y que no han de «ser un clon del hombre». «Celebremos el 8 de marzo que, a diferencia de otras partes del mundo, en España las mujeres no nacen víctimas», concluye el manifiesto.