En el Aula Magna aún se escuchan los aplausos. El pasado 1 de diciembre tuvo lugar la final de la Liga Interna de Debates. El tema elegido fue la centralización de la educación en España. El sobre anunciaba el futuro de ambos grupos finalistas. Encima del escenario y a la derecha, el equipo cuatro, con el sí a la centralización. A la izquierda, el equipo número seis, con el no a la centralización.
La integrante del equipo cuatro Michel ponía el inicio sobre la madera con un símil entre España y una casa. Tras este, lanzaba los tres argumentos del equipo: el sí por la igualdad, por la eficacia y por la reducción del adoctrinamiento en las aulas, todos estos explicados con detalle. Y con esto, defendidos los primeros cuatro minutos.
El equipo seis levantaba su posición por medio de Sofía y de un postre tan típico como el arroz con leche. Con canela, con limón o con más o menos azúcar, este al gusto de cada persona. Pero que en el fondo, “todas las comunidades traen algo de arroz con leche”. Símil que se vertebraba por medio de tres argumentos: no, por la pérdida de eficacia, por la pérdida de participación y por la pérdida de la diversidad. Todos estos ejemplificados y descritos con detalle.
Los aplausos marcaron el ritmo del debate final y dieron paso a las primeras refutaciones. Fueron cinco minutos en los que ambos equipos aprovecharon su discurso para ampliar información sobre sus argumentos y poner en duda lo dicho por el contrario, todo esto con evidencias impresas en papel.
Las diferencias culturales que existen entre comunidades como Cataluña, la educación de otros países como Finlandia o el número de autores que entran para selectividad en las diferentes regiones de España fueron algunos de los temas elegidos para lanzar sobre la tarima.
Ninguna pregunta quedó sin responder por boca de ambos equipos. Dos actuaciones sensacionales que dejaron el Aula Magna de la UFV arropada entre aplausos. El desenlace del debate lo marcaron los jueces. Tras su deliberación fueron anunciados los ganadores: el equipo cuatro se alzó con el primer premio por unanimidad, mientras que el premio a mejor trovador fue para uno de los participantes del equipo líder: Álvaro Monago.