La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) celebró, el pasado 25 de octubre, un acto de investidura de dos doctores honoris causa, que contó con 1.300 asistentes de forma presencial y registró picos de 4.000 personas en su retransmisión online. Los protagonistas fueron Francisco José Argüello, pintor, compositor y miembro fundador del Camino Neocatecumenal; y David Shlomo Rosen, director internacional de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Americano, reconocido, en 2005, por el papa Benedicto XVI con el rango de Caballero de la Orden de San Gregorio Magno por su contribución a la promoción de la reconciliación entre católicos y judíos.
Argüello y Rosen fueron reconocidos por su labor en el acercamiento entre judíos y cristianos. La sesión estuvo dirigida por el rector de la UFV, Daniel Sada. El acto se inició con unas palabras del secretario general de la UFV, José Antonio Verdejo, quien destacó la contribución de Kiko Argüello y David Rosen “al diálogo y al acercamiento serio respetuoso y franco entre los pueblos católico y judío”.
Tras esta introducción, Florentino Portero Rodríguez, director del Instituto de Política Internacional de la UFV, tomó la palabra y ejerció de padrino en el nombramiento de David Rosen. Portero también incidió en el trabajo de Rosen, que ha fomentado la comprensión entre judíos y cristianos.
“Su punto de arranque, un diálogo intenso y sincero, para nada fácil, en el que se tuvo que hacer frente a argumentos que estaban en la base de un desencuentro mantenido durante 20 siglos”, aseguró Portero sobre el trabajo del Rosen. “Frente a la idea de dos religiones enfrentadas, hoy revindicamos su íntimo vínculo”, finalizó al respecto.
«Diálogo y colaboración»
Tras el agradecimiento “por el extraordinario esfuerzo realizado” por parte de Portero a la causa de David Rosen, Daniel Sada ofició el nombramiento honoris causa a David Rosen. El rabino mayor comenzó su discurso con palabras de agradecimiento a la universidad y al trabajo de Kiko Argüello y Carmen Hernández.
“La transformación de las actitudes y enseñanzas católicas hacia los judíos y el judaísmo que ha tenido lugar a lo largo del último medio siglo no tiene paralelo histórico”, afirmó David Rosen acerca del resultado que ha tenido el acercamiento de posturas entre las dos religiones.
Rosen recordó cómo durante casi dos milenios, el pueblo judío ha sido acusado “de deicidio, maldecido y rechazado por el cielo”, pero que ahora, gracias a figuras como la de san Juan Pablo II, es reconocido como “el muy amado hermano mayor de la Iglesia de la Alianza Divina Original, que nunca se ha roto ni se romperá”.
Rosen aludió a este deseo de reunión entre ambas religiones, acentuado “por el impacto de la Shoá (el holocausto judío durante la II Guerra Mundial)” como un hecho “fundamental” para lograr esta nueva relación. También remarcó el documento Nostra Aetate, en 1965, como uno de los pilares dentro del catolicismo para “recuperar sus raíces históricas y teológicas”.
“Esta transformación que ha llevado a judíos y cristianos de siglos de hostilidad y alienación mutua a una de tal positividad, diálogo y colaboración que tenemos la bendición de disfrutar hoy es verdaderamente notable y seguramente un signo providencial en sí mismo”, observó el nuevo doctor honoris causa.
“Este proceso de reconciliación manifiesta la divina misericordia que está guiando la mutua conciencia de cristianos y judíos en colaborar, ser solidarios y respetarse”, zanjó David Rosen, antes de agradecer a la universidad el acto y considerar “este honor” un homenaje al proceso histórico de reconciliación.
“Gracias Kiko”
El profesor y director del Departamento de Humanidades de la UFV, Ángel Barahona, ejerció como padrino de Kiko Argüello. “A través de Kiko, nos hemos encontrado con la Iglesia miles de personas en todo el mundo. Kiko fue llamado y aceptó una misión que le transformó la vida y nos la cambió a muchos”, aseguró Barahona.
Barahona también rememoró los inicios de Kiko Argüello junto con Carmen Hernández, los dos fundadores del Camino Neocatecumenal. “Vidas paralelas unidas en una misión, nos enseñaron dos palabras claras que tenían tatuadas en su alma, libertad y gratuidad”, observó Barahona, quien recordó a Carmen Hernández como figura clave en el diálogo con el pueblo judío.
Barahona realzó la importancia de la sinfonía El sufrimiento de los inocentes, creada por Kiko Argüello, como uno de los “puntos de unión” en las relaciones judeocristianas. “Esta universidad siente la misma comunión con este pueblo que el Camino Neocatecumenal, se trata de festejar el repensamiento de las relaciones judeocristianas desde un prisma novedoso”, añadió.
“Hoy, desde esta universidad, universal por ser católica, te damos las gracias, Kiko, por haberte dejado hacer por el Espíritu Santo con Carmen, para facilitar este inevitable y maravilloso encuentro entre judíos y cristianos que hoy no hace más que empezar”, concluyó Ángel Barahona.
La unidad como fuerza
“Muchas gracias, no me siento digno”, comentó Kiko Argüello al iniciar su discurso. “Yo soy un pintor, soy español, estas honorificencias es lo último que pensaba”, continuó Argüello antes de hablar sobre sus comienzos. “Dios me llevó a vivir entre los pobres y entre ellos viví en una barraca”, finalizó el nuevo doctor honoris causa, enlazando con anécdotas de aquellas vivencias.
Kiko Argüello afirmó que el “redescubrimiento” de las raíces de los judíos como “hermanos mayores y padres en la fe”, además de los estamentos como pilares del “amor” entre el pueblo judío y el Camino Neocatecumenal. El fundador del Camino resaltó la importancia de Carmen Hernández en este proceso. “Este doctorado lo merecería también Carmen”, confesó.
Kiko Argüello relató la expansión de la fe del Camino Neocatecumenal y la aprobación definitiva de la Santa Sede, en 2008. “Dios se ha servido de Carmen y de mí para llevar a cabo una regeneración en la Iglesia que no es nuestra, pensamos que es un don del Espíritu Santo”, observó Argüello.
Para el nuevo doctor honoris causa, el camino de la fe es “vivir día a día respondiendo a los acontecimientos de la historia, donde Dios se manifiesta”. Argüello aseguró que intentan formar “cristianos adultos” a través del Camino, formarlos para “que tengan luz sobre esta acción de Dios en su historia, algo que es muy judío”.
“Tenemos una batalla común que librar contra la bestia que estuvo en Auschwitz, que sigue actuando en el mundo y que prepara un nuevo ataque contra la Iglesia y el pueblo judío, un terrible ataque en el ateísmo de negación de Dios”, advirtió Argüello.
“Me dijo: esta es nuestra música judía, se ve que sabéis realmente lo que nos hace sufrir”, observó Argüello sobre las palabras de David Rosen.
“En esta batalla, en esta situación histórica en la que nos encontramos, creo que deberíamos estrechar nuestros lazos y mantenernos unidos para mantener la voluntad de Dios, que es redimir esta sociedad. Para salvar la familia judeocristiana y, por lo tanto, la transmisión de la fe a los hijos”, reafirmó el iniciador del Camino.
Kiko Argüello retomó la relación “de amistad” con el pueblo judío y destacó la importancia de la Domus Galilea. “La casa que hemos construido en el Monte de las Bienaventuranzas ha desarrollado un gran papel, 150.000 judíos visitan esta casa cada año”, enfatizó.
El nuevo doctor honoris causa explicó un comentario que le hizo David Rosen acerca de su sinfonía El sufrimiento de los inocentes. “Me dijo: esta es nuestra música judía, se ve que sabéis realmente lo que nos hace sufrir”, observó Argüello, quien afirmó tener como inspiración “el dolor de la Virgen María” al ver morir a su hijo.