Todo el mundo tiene, de vez en cuando, un día gris. Y hay, incluso, quienes no pueden alegrarse la vista con otro color. Por suerte para estos, hay jóvenes que están dedicando sus fines de semana en colorear la vida de otras personas. En concreto, a través de la ONG Cooperación Internacional, 600 jóvenes voluntarios han empezado a pintar 30 viviendas madrileñas de ancianos y familias que, por la renta mínima de inserción que reciben, no pueden costearse este tipo de reforma.
El voluntariado se llama Painting for Others y lleva 20 años desarrollándose en Madrid. Durante este tiempo, 7.570 jóvenes, de entre 16 y 30 años, de toda España, tanto estudiantes universitarios como gente con una alta sensibilización social, han podido ayudar a rehabilitar 887 viviendas de personas con pocos recursos y en riesgo de exclusión social. De hecho, para muchos, este voluntariado supone un antes y un después, porque descubren “la injusticia que hay alrededor”.
María: “(Los beneficiarios) Dicen que es un milagro lo que les ocurre en estos fines de semana”.
Así lo ha explicado a Mirada 21 María, de 23 años, quien es voluntaria veterana en Painting for Others. Para ella, dedicar estos fines de semana que abarca la actividad -desde este pasado hasta el primero de abril- supone una oportunidad y un “compromiso” que tienen ella y el resto de jóvenes con esta gente. De hecho, según ha detallado, con estos actos pueden ayudar a “cambiar la vida de esas personas” y solventar, con este gesto, “la injusticia que hay alrededor”.
“Dicen que es un milagro lo que les ocurre en estos fines de semana”, ha explicado María. Por este motivo, “es un compromiso”. Además, según ha detallado, no considera estar perdiendo el tiempo. Es más, todo lo contrario, porque “la felicidad” que ve “en sus ojos de agradecimiento es la mejor recompensa de cualquier voluntario”. De hecho, según ha indicado la propia ONG, con este “proyecto solidario”, consiguen “sensibilizar e implicar a los jóvenes”.