“El futbol no tiene memoria”. Este es uno de los mayores tópicos dentro del deporte rey, además de una realidad. El Leicester City ha destituido a Claudio Ranieri tras la derrota en Champions League por 2-1 ante el Sevilla. A pesar del gol de Vardy, que dio vida al conjunto inglés para el partido de vuelta, la decisión de la directiva de los foxes ha sido fulminante.
El técnico italiano ha sido relevado de su cargo tan solo nueve meses después de haber conseguido uno de los mayores hitos de la historia del fútbol, llevar al modesto Leicester City a alzarse con el trofeo de campeón de la Premier League, algo imposible a priori. Sus ayudantes más próximos, Paolo Benetti y Andrea Azzalin también han sido despedidos.
Los malos resultados del equipo en liga, decimoséptimo, a un punto de la zona de descenso, unidos a la dificultad de voltear la eliminatoria de Champions ante el Sevilla han precipitado la decisión de la directiva que “siente que un cambio en el liderazgo, aunque sea doloroso, es necesario para el club», según se explica mediante un comunicado.
Ante la prensa, el vicepresidente de los foxes, Aiyawatt Srivaddhanaprabha, aseguró: «Es la decisión más difícil que hemos tomado, pero los intereses del club a largo plazo deben prevalecer sobre lo sentimental, sin importar lo fuerte que sea».
La polémica está servida en la ciudad situada en el centro de Inglaterra y perteneciente a Midlands del Este. La gran mayoría de los aficionados no se explican cómo se ha podido destituir a Ranieri después del “milagro” de hace tan solo nueve meses.
Gary Lineker, exjugador del Barcelona y emblema del Leicester City, equipo de su ciudad natal, en el que debutó en 1979, explotó en Twitter al conocer la noticia. Lineker se mostró crítico y rotundo en su cuenta personal: «¿Ranieri despedido? ¿En serio? Echarlo ahora es inexplicable, imperdonable y tristemente desgarrador. Gracias por todo».
Claudio Ranieri? Sacked? Really? Dilly Ding Dilly Game’s Gone.
— Gary Lineker (@GaryLineker) 23 de febrero de 2017
Los foxes han vuelto a la realidad, en una liga en la que su lucha ha sido siempre la de intentar mantenerse en la máxima categoría del fútbol inglés, y en el proceso han dejado atrás al hombre que hizo historia y logró una hazaña que nunca olvidarán lo casi 300.000 habitantes que vibraron con “el milagro del Leicester”.