Dos cohetes impactaron el pasado miércoles en la base militar que alberga dos tercios de los efectivos españoles en Irak. Besmaya, que se encuentra a 50 kilómetros del sur de Bagdad, mantiene a 350 españoles, entre los que se encuentran soldados, legionarios y guardias civiles, inmersos de la operación de la OTAN de un adiestramiento de las Fuerzas de Seguridad de Irak. El territorio, conocido como Gran Capitán, limita con el que está ocupado por el personal militar de Estados Unidos y Reino Unido, también en ocasiones de Canadá, Portugal, Francia, Australia o Países Bajos.
El lugar, principal base española en Irak, contaba con siete helicópteros y 80 efectivos, que hace dos semanas salieron intactos de un ataque más grave con 25 proyectiles, que mató a soldados del bloque estadounidense y británico. Este atentado desencadenó una represalia que afectó principalmente al Ejército y la Policía iraquíes, y produjo una protesta de Bagdad.
EE.UU. ha culpado a las Brigadas de Hizbulah, alineadas con Teherán, de las hostilidades. Además, el asesinato del general iraní Qasem Soleimaní, coordinador de las milicias chiíes en Irak, en el pasado enero por un dron estadounidense, impidió la continuidad de las tropas extranjeras en Irak. También, el Parlamento iraquí solicitó su salida.
Aunque el Pentágono decidió no abandonar Irak, el mismo día del impacto anunció el cierre de tres bases, cerca de la frontera siria, ante la persecución. Además, según las mismas bases, eran las que más peligro sufrían debido a situación.
Dos cohetes impactan cerca a la embajada de Estados Unidos en Irak https://t.co/PPDuthZrHM pic.twitter.com/Vxe5qR8LEZ
— Agencia de Periodismo Investigativo (@Agencia_API) March 17, 2020
Respecto a la base Gran Capitán, el techo es frágil a los cohetes, a pesar de que las paredes del lugar están protegidas con hormigón.El ataque del pasado miércoles forma parte de un conjunto de represalias y sanciones, por un lado, entre las tropas de la OTAN y de la operación contra el Estado Islámico liderada por EEUU, y por otro, las milicias chiíes. Estas últimas, forman parte del ejército iraquí desde hace dos años y, gracias su ayuda en la derrota del Estado Islámico, ya adquirido vínculos con Teherán.
También, según el Gobierno, el impasse político en Irak se podría haber desencallado el mismo día del ataque, tras el nombramiento, por parte del presidente Barham Salih, de un nuevo primer ministro, Adnan Zorfi, quien fue exgobernador de la ciudad santa chií de Nayaf, tras un segundo intento de sustición del interino Adel Abdul Mahdi. Este último dimitió ante las manifestaciones callejeras en octubre, y cuya represión provocó más de 200 muertos.
El Ejército, combatiente contra el ISIS
Más de medio millar de militares españoles conforma el cuerpo y fuerza de seguridad en Irak. Además, forman parte de la segunda misión más grande de España en el exterior, que es mejorar las condiciones de las fuerzas iraquíes en su lucha contra el Estado Islámico (ISIS).
Además de esa misión, la contribución de los helicópteros que España ha desplazado allí es otra de las acciones más reconocidas por el gobierno de Irak.
Con su apoyo a la derrota del #Daesh en #Irak, España confirma una vez más su compromiso en la lucha contra el terrorismo y la solidaridad y el apoyo a sus aliados en la defensa de la seguridad y la estabilidad mundiales #NuestraMisiónTuLibertad Más INFO? https://t.co/NrRpHMEpGU pic.twitter.com/7NAuqnYptA
— Ministerio Defensa (@Defensagob) December 10, 2017
La mayoría de los instructores españoles en Irak forma parte de la misión de esta coalición contra el ISIS, aunque una pequeña parte participa en otra operación posterior de la OTAN. Esta última no tiene tareas de combate.
La presencia del Ejército español en Irak se distribuye en cuatro puntos. El primero y más poblado es Besmayah, territorio donde tuvo lugar el ataque. Los otros puntos están en Bagdad, en Al Taqaddum y en Taji.