Alberto García Sola afrontaba, el pasado 8 de abril, en la sala penal número cuatro de Murcia el considerado como el mayor juicio por piratería en España. Podría ser condenado con hasta cuatro años de cárcel por la creación de las webs Seriesyonkis y Peliculasyonkis, que, según la Fiscalía, atentan contra la Ley de Propiedad Intelectual. El acusado, sin embargo, alega que él solo era «programador» y que el contenido de las páginas se limitaba a links que enlazaban con otras páginas donde ya sí era posible descargar ilegalmente el contenido multimedia.
Esta es la clave del juicio, ya que, antes de la actualización de la Ley de Propiedad Intelectual de 2015, la legislación ante este tipo de páginas que solo alojaban links y no contenidos directos era ambigua. De ahí, que este sea el principal argumento en defensa de los acusados. La Fiscalía aboga que las acciones realizadas en la página eran a sabiendas y con ánimo de lucro, con la evidencia de que conocían que la web movía en torno a tres millones de usuarios mensuales y alojaba anuncios publicitarios en ella, lo que resulta una evidencia de que se trataba de una actividad remunerada.
García Sola cuenta con la compañía de otros tres acusados en el banquillo, Alexis Hoepfner, Jordi Tamargo y David Martínez, ya que, en 2009, la productora Sherlock Films denunció al fundador al encontrar en la web su recién estrenada película, La Antena. Esto hizo que García Sola vendiera la web por 610.000 euros a Burn Media S.L., la empresa de los otros tres acusados. El fundador afirmó en el juicio que «solo se trataba de un hobby» y que al ver que la industria cinematográfica le veía como un posible criminal estaba deseando quitarse la web de encima. Los compradores, por su parte, alegan que solo se les informó de que había una «causa abierta» y que por eso continuaron con la actividad ilícita.
Los propietarios de Burn Media S.L. han declarado que su afán al comprar no era cometer ese delito, sino aprovechar la ingente cantidad de seguidores con los que contaban las páginas. De hecho, Hoepfner, quien terminó por ser el único al mando de las webs tras la deserción de sus compañeros, apunta que en un mundo en el que las empresas de distribución de contenido legal y de pago apenas acababan de aparecer, la página «funcionaba sola». Este mismo vendió de nuevo en 2014 las webs a la empresa Imb-Fx 2019, pero en febrero de ese mismo año, las páginas asociadas ya habían bloqueado sus enlaces por miedo a la repercusión de la batalla legal comenzada por Sherlock Films en 2009, cuyo desenlace parece próximo una década después de su inicio.