Tras una amplia carrera académica, Pablo López Raso reúne todos los méritos necesarios para obtener la cátedra. El docente ha ejercido como profesor ayudante, colaborador y titular después de obtener su doctorado. Durante estos años, ha ejercido una labor investigadora de profundidad, reconocida como sexenio aprobado por el Ministerio de Educación. Paralelamente, ha llevado a cabo su labor como profesor, repensando las asignaturas que impartía para conseguir un crecimiento integral del alumno. Toda esta labor ejercida durante 25 años -los mismos que celebra la UFV- le han llevado a su reconocimiento como catedrático.
El propio Pablo López define la cátedra como “una escuela de conocimiento, de pensamiento, una escuela de acompañamiento de profesores, es decir, te conviertes en maestro de maestros”. En su defensa de la cátedra, Pablo López Raso presentó su currículum, seguido de su proyecto docente y su labor de investigación.
“Ser catedrático es el inicio de una hermosa aventura de crear una escuela de buscadores en torno a la Verdad, el Bien y la Belleza del arte contemporáneo”, afirmó Pablo López Raso.
Su propuesta educativa, titulada Dimensiones comunicativas del Arte, se basa en “pasar el testigo” a nuevos profesores en la formación en el arte contemporáneo desde un punto de vista humanista. “Es una disciplina polémica para la opinión pública, pero quien se abre a la obra, se abre a sí mismo: al propio yo, a las personas que están a mi alrededor y a lo trascendente”, aseguró López. En relación con su proyecto docente y su investigación, Pablo López hizo referencia a la «honda mirada» del arte contemporáneo que lleva al ser humano a preguntarse por el sentido de la propia vida, “al diálogo con el misterio”. A esta propuesta se suman dos líneas de investigación y enseñanza: hermenéutica y una propuesta humanista del diseño.
Pablo López Raso afirmó que “ser catedrático es un tremendo honor y una preciosa responsabilidad, el inicio de una hermosa aventura de crear una escuela de buscadores en torno a la Verdad, el Bien y la Belleza del arte contemporáneo”. Se reconoce como una “primera piedra” que debe ser sólida para continuar la “construcción de la catedral” en la que se está convirtiendo la Universidad Francisco de Vitoria.