El Gobierno de Países Bajos ha dimitido al completo tras conocerse el escándalo de las ayudas a inmigrantes. Con las elecciones generales a solo dos meses, todos los miembros del Ejecutivo permanecerán en funciones. La trama de la que están acusados arruinó, presuntamente, a decenas de miles de familias que solicitaron subvenciones al Estado y que posteriormente fueron obligadas a devolver el dinero.
Los beneficios se entregaban en función de los hijos del matrimonio. Durante los años en los que esta práctica estuvo vigente, la Hacienda del país añadía a estas familias a las listas de deudores nacionales. En esta situación, debían devolver el monto reclamado en plazos que, en ocasiones, no superaban las pocas semanas. Esto llevó a muchos extranjeros residentes en el país a satisfacer la deuda antes que sus propias necesidades, por lo que muchas familias se veían abocadas a la ruina. Según han explicado medios neerlandeses, aún persisten casos de ciudadanos que, en esta situación, vieron mermada su salud mental e incluso vieron su relación destruida. En palabras del ahora primer ministro en funciones, Mark Rutte, a los afectados “se les arruinó la vida”.
El caso fue desvelado por la abogada española Eva González, quien durante años luchó por demostrar la inocencia de estas personas. González ha explicado cómo la causa se desestimaba e incluso era ignorada por la propia Agencia Tributaria. Denuncia, además, cómo junto al listado de personas a las que se les aplicaba esta medida aparecían las nacionalidades de las que provenían.
El caso salió a la luz cuando el Parlamento fue consciente de la investigación de González. Por el momento, el Gobierno ha ofrecido 30.000 euros a los afectados, cifra que en muchos casos es insuficiente como indemnización, ya que no soluciona los problemas psicológicos y sociales que ha causado la persecución que sufrieron.
El escándalo ha saltado a dos meses de las elecciones generales. Según las encuestas (anteriores a que todo esto se conociera), Mark Rutte sería reelegido como primer ministro, pero sería necesario pactar con otros grupos del Parlamento, práctica acostumbrada en sus gobiernos, que se encadenan sucesivamente desde 2010.
El Gobierno italiano, contra las cuerdas
En Italia, el Gobierno de Giuseppe Conte podría tener las horas contadas, salvo un giro de los acontecimientos. La coalición de partidos, en la que estaban integrados cinco grupos, podría perder la mayoría que les sostenía tras el anuncio de la salida de los dos ministros de Italia Viva, liderada por Mateo Renzi. El propio cabeza del partido ha sido quien ha anunciado la decisión aduciendo una falta de colaboración en la gestión de la pandemia y la acusación de una gobernanza de plenos poderes por el uso de decretos-ley
Las alternativas incluyen la formación de un nuevo Gobierno si el presidente de la República, Sergio Mattarella, encarga a Conte la formación de un nuevo Ejecutivo. El propio primer ministro ya ha anunciado que no recurrirá a solicitar el apoyo de senadores tránsfugas para mantenerse en el puesto, sino que buscará una mayoría solida que le permita agotar la legislatura.