La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) anunció que 810 personas fallecieron en las llamadas “rutas migratorias de las Américas” para llegar al sur de Estados Unidos. Desde que el organismo comenzara a registrar datos en 2014, 2019 ha tenido los datos más trágicos.
Gobiernos, ONG y medios de comunicación han participado en la recopilación de datos. El informe final determinó que las dos terceras partes de las 3.800 víctimas que han fallecido desde 2014 han tenido lugar en los ríos Bravo y Grande que une Texas con los estados mexicanos de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
Every day tragic incidents play out for people transiting through Central America & along the US border. In 2019, we recorded more migrant deaths in Latin America than in any other year & yet there are still uncounted cases. @OIMCentroAmer @IOM_GMDAC
https://t.co/F6VesP2Z2P— Missing Migrants Project (@MissingMigrants) January 28, 2020
Para el portavoz de la OIM, Joel Millman, 2019 fue el año más mortífero para los inmigrantes de Sudamérica. Millman ha subrayado que el aumento de muertes ha sucedido por los más de cuatro millones de venezolanos que han huido de su país por las rutas migratorias de América Latina o por las islas del Caribe, en total 634 personas.
Según el director del Centro de Análisis de Datos, Frank Laczko, las cifras “son un triste recordatorio de que la falta de opciones para una movilidad segura y legal lleva a las personas hacia caminos más invisibles y arriesgados, poniéndolas en grave peligro”. Además, advirtió que «la pérdida de vidas nunca debería normalizarse ni tolerarse como un riesgo asumido de la migración irregular».