El plan impulsado por el Ministerio de Sanidad ha sido firmado por 398 fabricantes alimenticios, cadenas de restaurantes, empresas de «catering» y el sector del «vending»
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, ha anunciado la puesta en marcha en 2020 de un plan para una alimentación más saludable mediante el que la industria alimenticia reducirá de media un 10% la sal, el azúcar y las grasas saturadas de muchos alimentos y bebidas habituales. El objetivo es disminuir poco a poco estos componentes para que el sabor de estos no varíe.
El proyecto engloba 13 grupos de alimentos y bebidas. Se tratará de productos de consumo infantil y familiar con una elevada composición de azúcares añadidos, como galletas, néctares de frutas, aperitivos salados, bebidas refrescantes, bollería y pastelería, lácteos y salsas.
Los objetivos que se han fijado son: la reducción de la sal en un 14% en las patatas fritas, en un 16% en los embutidos y en un 5% en salsas; los azúcares añadidos en un 5% en la bollería industrial y en un 10% en néctares de fruta y bebidas refrescantes; y, finalmente, las grasas saturadas disminuirán en un 10% en aperitivos salados y un 5% en galletas y bollería industrial.
El problema de la obesidad
El objetivo del plan es mejorar la salud de los consumidores y, sobre todo, luchar contra el sobrepeso, ya que España tiene una de las tasas de obesidad más altas de Europa.
Según los datos del Ministerio de Sanidad, el 54% de los adultos tiene sobrepeso y el 17% es obeso, y el 40% de la población infantil tiene sobrepeso y el 18% es obesa. Además, se prevé que en 2030 el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres adultas tendrán problemas de obesidad o sobrepeso.
Estos tres ingredientes están relacionados con diferentes problemas de salud: la sal produce hipertensión, pero también obesidad; el azúcar también influye en la obesidad y la diabetes; y, por último, las grasas saturadas causan sobrepeso y problemas cardiovasculares.