Con motivo del Día del Libro, el profesor Gabriel Sánchez dio comienzo al coloquio Fariña: del periodismo a la novela. Sánchez explicó las diferencias que hay entre un novelista que publica en periódicos y un periodista que escribe novelas. Además, el profesor de Redacción Periodísitca describió cómo era el proceso de contrabando en Galicia y contó una anécdota que le sucedió cuando fue a investigar sobre la implicación de las instituciones públicas en el asunto.
Gabriel Sánchez habló del libro reportaje de Fariña, entendiendo que este no se puede comprender como novela, ya que es una historia real. El profesor habló de Galicia como “un territorio proclive al intercambio”, no solo de productos ilegales, sino de todo tipo.
Sánchez definió la comunidad gallega como un territorio pobre a principios del siglo XX, lo que derivó en una sociedad proclive al intercambio ilegal. Así apareció el tráfico de tabaco estadounidense. Las marcas enviaban a Europa el tabaco “malo o defectuoso” para distribuirlo a un precio menor que lo que costaba en EE.UU. Era “la cultura del contrabando de Galicia”. Esta introducción de productos empezó por cigarros y se extendió, posteriormente, a otras dogas como la cocaína. Era un método que el profesor ha definido como “una infraestructura perfecta”, ya que en pocas horas el tabaco se vendía por toda España.
“Era tal esa cultura del contrabando de tabaco, que hasta instituciones públicas hacían la vista gorda o colaboran en la labor”. Así, Galicia se convirtió en el punto clave de entrada para los capos de todo el mundo. Es en este punto cuando la sociedad española se pregunta qué era lo que estaba pasando allí. El nombre de la novela se llama Fariña porque significa harina en gallego. La obra fue denunciada por el alcalde Alfredo Bea Gondar, pero esto, lejos de causar estragos a la editorial, le ha ayudado. “Se han llegado a pagar 300 euros por una edición del libro”.
Gabriel Sánchez ha contado el viaje que hizo a Galicia con el fin de investigar el tráfico de tabaco. Recordó su historia con el alcalde de O Grove, que le negó que él tuviera algo que ver y delante del periodista llamó a uno de los policías que él iba a entrevistar después. Gabriel tuvo que dejar la investigación a medias debido a que un “Ford fiesta de color blanco” comenzó a seguirle los pasos.
Diferencia entre periodista y novelista
Además, el profesor ha aclarado durante el coloquio que Fariña no es una novela, sino un libro reportaje por su conexión con la realidad. Este también ha diferenciado entre el novelista periodista y periodista novelista. “El periodista es aquella persona que pasa la noche en un motel de carretera, esperando que llegue el día siguiente para dar el gran paso a la ciudad: la novela. Eso son los verdaderos periodistas metidos en las novelas”. Para Gabriel Sánchez, existen dos tipos: por un lado, los periodistas que escriben de ficción, donde “los personajes no existen, la trama no existe”. Y por otro lado, el periodista que conoce un hecho y que decide ir más allá y elevar esa realidad a la categoría de novela. Es así como se crea la novela de no ficción.
Sánchez ha aclarado que el que inicia este tipo de literatura reporteada es el español Manuel Chaves Nogales en la década de los años 20. Un joven de Sevilla que se va a Madrid para abrirse camino en el mundo del periodismo y al que le encargan una entrevista a un torero de moda en esa época, llamado Juan Belmonte. Chaves Nogales se da cuenta de que la vida del entrevistado es tan interesante que necesita plasmarlo y recogerlo en un libro llamado: Juan Belmonte, de oficio matador de toros.
“Hay que diferenciar entre el periodista que hace novela y el novelista que escribe en los periódicos”. Unos son escritores que escriben en periódicos, como Camilo José Cela o Valle Inclán. “La percepción que ellos tenían de la realidad era una percepción desde su propia realidad de ficción novelística. Sin embargo, el periodista tiene una visión completamente diferente”, como el caso de Arturo Pérez-Reverte.