En el caso de las viviendas antiguas, las dificultades son aún mayores. Cecilia Castelli destaca que es fundamental garantizar el acceso desde la vía pública hasta la vivienda, lo que a menudo requiere modificar los núcleos verticales de escalera. «Muchas veces es necesario demoler las escaleras y ocupar parte de la vía pública con estructuras nuevas, un terreno que los ayuntamientos pueden ceder a las comunidades de propietarios», explica. En algunas ocasiones, esto supone incluso la reestructuración de zonas de aparcamiento.
Retos y tecnología
Uno de los mayores retos es la adaptación de viviendas para personas con dependencia severa, especialmente en edificios antiguos protegidos. «En estos casos, colocar un elevador o plataformas resulta sumamente complicado, lo que dificulta la eliminación de barreras arquitectónicas», asegura Cecilia Castelli.
«En estos casos, colocar un elevador o plataformas resulta sumamente complicado, lo que dificulta la eliminación de barreras arquitectónicas», asegura Castelli
La tecnología también juega un papel clave en la mejora de la accesibilidad. «Cada vez existen más soluciones domóticas y accesos inteligentes que facilitan la vida de las personas dependientes. En edificios nuevos, la normativa ya garantiza la accesibilidad universal, pero en los edificios existentes la adaptación es más compleja y depende de cada caso particular», señala la arquitecta.
La accesibilidad universal sigue siendo un desafío arquitectónico, pero la combinación de diseño inclusivo y tecnología promete mejorar la calidad de vida de muchas personas en el futuro.