Eva Orúe, directora de la Feria del Libro: «Hay que defender el rincón de la lectura»

- CULTURA - 22 de octubre de 2024
Eva Orúe, directora de la Feria del Libro de Madrid. @feriadelibromadrid
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El Día de la Escritora es el lunes más cercano al 15 de octubre, aniversario del fallecimiento de Santa Teresa de Jesús. Esta fecha se celebró por primera vez en 2016, con la intención de reivindicar la labor y el legado literario y cultural que han dejado mujeres escritoras a lo largo de los años y que ha quedado en el olvido. Son numerosas las escritoras que aportan diariamente al panorama cultural, y una de las más influyentes es Eva Orúe. La periodista y escritora, que se convirtió en 2022 en la primera mujer en dirigir la Feria del Libro del Madrid, ha concedido la siguiente entrevista a Mirada 21: 

¿Qué supuso para usted ser directora de la Feria del Libro de Madrid? 

Llegar a la dirección de la Feria del Libro fue un objetivo nunca planteado. Cuando el gremio de librerías de Madrid abrió por primera vez en su historia el proceso de elección del nuevo director, un amigo editor y mi compañera me dijeron: «Prueba porque tienes un perfil que encaja». Nos presentamos 16, pero efectivamente pensaron que mi perfil encajaba y me eligieron a mí. 

¿Cómo recuerda ese día? 

Yo diría que en el momento fue una gran alegría y una cierta sorpresa. En principio no pensaba que pudiera tener opciones. Eso sí, en ese momento, no me di cuenta de la que me caía encima… Cuando uno piensa en la Feria del Libro de Madrid solo ve el resultado. Sin embargo, luego te das cuenta de que el trabajo diario es de estar pico y pala. Entré en terrenos que yo nunca había pisado, desde hacer obras públicas hasta la construcción de buenas relaciones entre quienes integran la feria. El final es lo que tiene más glamour, pero durante todo el año se trabaja para que el evento físicamente pueda tener lugar y además suceda en las mejores condiciones.  

¿Qué es lo más difícil de organizar una feria de tanto calibre? 

Con un equipo como el que me encontré, diría que no es difícil. Es complicada la administración, el conseguir consensos entre los gremios implicados de libreros, editores y distribuidores. También hay que trabajar para la búsqueda de patrocinios. El objetivo de cada año es hacer “el milagro de El Retiro”, que es que tú te paseas ahora por el parque y no hay nada, pero el día 30 de mayo, que será cuando abramos la próxima edición, habrá cinco pabellones, cuatro bares, recintos llenos de gente que nos quiere acompañar durante la edición y habrá 350 actividades. Esa es la tarea que se hace difícil.

El año pasado acudió a la feria la reina Letizia. ¿Cómo fue ese encuentro?  

La Feria del Libro invita a la Casa Real para que algún representante nos acompañe el día de la inauguración. Desde hace tiempo, la reina Doña Letizia acepta la invitación porque es una gran lectora y además es una fiel fan de la feria. De hecho, en mi segundo año, en 2023, no pudo estar con nosotros el día de la inauguración porque era el último día de campaña electoral. Sin embargo, se presentó un día sin avisar. Me la encontré y la saludé, además le agradecí el gesto.

¿Cómo afecta que personajes públicos acudan a estos eventos?  

Yo creo que los personajes públicos deberían tener la obligación de asistir a un mínimo de actos culturales. A veces los podemos ver en el cine, pero poco más. No te los encuentras mucho en el teatro y es difícil encontrarlos en librerías que son sitios más privados. Cuando viene alguien de la Casa Real o cuando vienen políticos y compran libros o se interesan por los autores es algo muy positivo para el evento. 

Lo importante es el gesto de venir y demostrar con su presencia, por un lado, que los libros forman parte de su vida y, por otro, que dan apoyo explícito a un sector editorial. Además, en ocasiones se paran en casetas de libreros pequeños porque quieren también manifestar su apoyo a esos que son menos conocidos.  

¿Quién ha sido su referente en el mundo profesional? 

Todos cuando empezamos a estudiar tenemos un ejemplo o alguien a quien admiramos, en mi caso fue un libro. Este era de Manuel de Guinea y trataba de una vuelta alrededor del mundo. También las entrevistas que Oriana Fallaci hizo a grandes personajes de la historia me inspiraron. Ellos tenían la capacidad de comunicar lo que estaban viendo. Al principio, pensaba dedicarme a la política nacional, pero gracias a ellos me di cuenta de que mi camino era otro.  

¿Qué significa la radio para usted?  

La radio es lo más parecido a tener un primo periodista. Una cosa son los periódicos y las televisiones, pero la radio es un medio que está siempre contigo. Es con la que te levantas, con la que te acuestas, con la que te duchas, con la que cocinas… Está siempre contigo. La radio es comunicación, es información, es entretenimiento, pero sobre todo es familia. Este medio creo que combina bien dos cosas esenciales: la inmediatez y la emotividad.  

Usted vivió en otros lugares del mundo debido a que fue corresponsal, ¿ha tenido alguna anécdota que le haya cambiado la vida o que le hiciera madurar?

Londres fue mi primer destino, después fui a París, luego estuve viajando un tiempo, y Onda Cero me mandó a Moscú. Eso fue en un momento muy difícil, con la Rusia recién independizada en el año 1993 tras la caída de la Unión Soviética. 

Todo lo que viví allí me cambió, todo. No es lo mismo estar allí que estar en Zaragoza, mi ciudad natal, o en Barcelona o en Madrid, que son ciudades en las que también he vivido. Claro que son diferentes, pero nos movemos con los mismos códigos y funcionamos más o menos igual. Sin embargo, cuando llegamos a Moscú, fue como llegar a algún sitio fuera de la galaxia. Era ciertamente peculiar. Hay que ser conscientes de que, cuando viajas a un destino tan distinto, tu vida cambia. Necesariamente conoces otras maneras de actuar y tienes que aceptar, con humildad, que lo que tú piensas o que lo que en tu país se da por hecho, en otros sitios no es así y no es necesariamente peor por ello. 

¿Qué opina de la digitalización y de la incorporación de las redes sociales a la cultura? 

España es un país donde no se leen mucho libros. Los estudios que se hacen atribuyen la etiqueta de lector frecuente a quien lee solo una vez a la semana. Con que digas que lees una vez a la semana, el barómetro de la lectura ya te considera lector frecuente. Bueno, pues incluso así, solo el 52% de los españoles son considerados lectores frecuentes, y cuatro de cada diez españoles nunca coge un libro. ¿Hay que leer por obligación?, pues imagino que no. Hay otras maneras de enterarse, de acceder a la información y al entretenimiento. Pero creo que la lectura te da cosas que otras maneras de entretenerse y de informarse no te dan.

Actualmente, estamos siempre dispersos con el teléfono móvil en la mano y atentos a cualquier guiño que nos permita desviarnos del camino la lectura. Leer requiere concentración, y eso a mí me parece un valor fundamental, hemos perdido una capacidad que antes sí teníamos. Tenemos que aprender a leer. Si no leemos bien y si no entendemos lo que leemos, no seremos capaces de firmar una hipoteca en condiciones, no podremos entender lo que dice nuestro contrato o no podemos entender lo que dice el prospecto de una medicina. 

Las poblaciones adultas de países desarrollados no entienden lo que leen, y yo creo que es la condición previa necesaria para ser ciudadanos de primera. Para defender nuestros derechos hay que entenderlos, por eso leer es importante. Aunque ahora estamos todos fascinados por las pantallas y las muchísimas capacidades de abstracción que la tecnología nos proporciona, hay que defender el rincón de la lectura. Este tendrá quizá un lugar más modesto en el mundo del futuro, pero que creo y confío, seguirá tendiendo un lugar relevante. 

¿Cuál es el reto de los escritores para hacer que los jóvenes quieran leer? 

Los niños y los adolescentes son grandes lectores. Creo que el reto de quienes trabajamos en este sector y de alguna manera nos dedicamos a fomentar la lectura es evitar que a una determinada edad se olviden de los libros y se vuelquen solo en otras diversiones. Por un lado, pienso que es imposible porque todo a su alrededor les ofrece posibilidades de diversión, de entretenimiento y de información muy atractivas. 

Conseguir que se queden en la lectura creo que es fundamental para que, como decía antes, en el desarrollo de su vida sean capaces de entender todo aquello que les afecta. Por ello, tenemos un gran papel. La gente lee cuando quienes escriben les ofrecen historias que les interesan. Si los autores trabajan en esa dirección y las editoriales dan salida a esos libros y los libreros son capaces de convencer a los lectores de que hay obras que merecen la pena, yo creo que la lectura, la venta de libros y la lectura estarán salvadas.

¿Qué consejos les daría a los jóvenes que en un futuro quieren ser escritores o periodistas?

Que lean, pero no por un interés espurio, sino porque como decía Almudena Grandes: «La lectura y la escritura son las dos caras de una misma moneda». Que lean porque sin leer no se podrá escribir. Encontrarán historias que a lo mejor luego no podrán utilizar como periodistas, pero en la no verdad de la ficción hay grandes verdades que quizá el periodismo no puede ofrecer. Como periodistas, que miren, que aprendan y que cuenten con honestidad la información. Que aquello que transmitan sea sabiendo de lo que hablan. Además, que intenten apasionar a sus lectores, de conectarlos con las historias del mundo. Vivimos rodeados de historias, de problemas, de situaciones que merecen ser difundidas, y esa es la tarea del periodista, ser los ojos de quienes no están ahí para ver y ser los oídos de quienes no están ahí para escuchar. En definitiva, que escriban, que lean, que reporten y que lo hagan todo con honestidad, con entusiasmo y con alegría, también me atrevo a decir. Yo no conozco otra manera de trabajar.  

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