Con motivo del primer aniversario del referéndum del 1 de octubre, el portavoz del PDeCAT en el Congreso de los Diputados, Carles Campuzano, analiza en esta entrevista la situación política en Cataluña. Un repaso sobre lo más destacado de esta jornada, que fue una fecha histórica para España, donde las protestas y las actuaciones policiales coparon las portadas de medio mundo. Ahora, la simbología de los lazos amarillos como señal de libertad para aquellos “presos políticos”, está bajo la mirada de la Justicia europea y un Gobierno español que califica de “débil”.
El 1 de octubre, se cumplió el aniversario del referéndum en Cataluña, ¿en qué punto se encuentra a día de hoy la sociedad catalana?
La sociedad catalana se encuentra expectante sobre la posibilidad de que el conflicto entre Cataluña y el Estado encuentren una vía democrática y legal que permita encauzarlo. Al menos, una parte de la sociedad catalana se encuentra indignada, impotente por las prisiones provisionales injustas que están padeciendo algunos de los dirigentes independentistas catalanes por la amenaza de unas sentencias duras en ese juicio. Hay expectativa y esperanza de que se pueda encontrar una solución política, e indignación y preocupación ante un proceso judicial absolutamente absurdo y desproporcionado.
¿Qué sucede con los ciudadanos que se sienten españoles y residen en Cataluña?
De entrada, son tan catalanes como los que piden la independencia de Cataluña, y de lo que se trata es de buscar soluciones políticas donde nadie imponga sus ideas, pero que nadie impida que sus aspiraciones puedan realizarse.
¿Considera que fue un referéndum ilegal?
El referéndum tuvo la cobertura que dio el Parlament. En cualquier caso, he de recordar que en España el delito de convocar un referéndum dejó de existir. Eso lo propuso José María Aznar, pero en la etapa de Zapatero, esa previsión penal dejó de existir. Por tanto, podríamos discutir cual era la legalidad que amparaba ese referéndum, pero lo que es muy evidente es que convocar un referéndum no es ilegal. Lo que no está justificado es que la Policía pegue a unos ciudadanos por ejercer el derecho a voto.
El presidente Quim Torra ha afirmado: “Será necesario hacer otro 1 de octubre donde tendremos que actuar igual”. ¿A qué se refiere?
Yo creo que el presidente Torra es muy consciente de que la solución pasa por un acuerdo, la gran pregunta es: si ese acuerdo no llega, ¿cómo resolvemos el conflicto? Y creo que lo que sucedió en septiembre y octubre del año pasado es una expresión de que cuando no hay un acuerdo político, la realidad se desborda. Las frases de Torra son una invitación a la necesidad de intentar buscar un acuerdo. Si esto no se encuentra, se produce un choque de trenes entre las sociedades española y catalana.
“Que sean los catalanes quienes decidan”, declara Campuzano.
¿Qué acuerdo buscan?
Un acuerdo inspirado en el Reino Unido, donde el Gobierno de Londres y el de Edimburgo alcanzaron uno, incluso en la ley canadiense después de los referéndums de Quebec. En el fondo, el acuerdo que proponemos, las premisas son las de no imponer, no impedir y obligar a acordar el futuro político de Cataluña, que es aquello en lo que están de acuerdo los que están a favor de la independencia y una parte muy sustancial de los que no lo están, que sean los catalanes, a través de un referéndum, quienes decidan.
Netflix ha sacado un documental que se titula ‘Dos Cataluñas’, que trata desde el referéndum del 1-O hasta las elecciones del 21-D, ¿existen dos Cataluñas?
Existen más Cataluñas, por suerte los países no son binarios y, en ese documental, tú puedes percibir dos, tres o cuatro Cataluñas. Las sociedades modernas son plurales, no existe ninguna en la que todo el mundo piense igual, todos tengan los mismos valores o intereses. La política refleja esa pluralidad de las sociedades, y esto obliga a buscar acuerdos.
Protestas y actuaciones policiales
¿Califica de “terrorismo de estado” las actuaciones policiales que se dieron en esta fecha?
Sí, absolutamente desproporcionadas, injustificadas, impropias de un estado democrático. Si el Estado considera que un referéndum como el que se dio en Cataluña no se ajusta a la legalidad, tiene otros mecanismos legales para exigir responsabilidades. En ningún caso, enviar a la Policía y la Guardia Civil a repartir porrazos a ancianos, jóvenes y niños.
“La convocatoria de la plataforma Jusapol fue una provocación”, sentencia el portavoz del PDeCAT.
¿Este día supuso la ruptura definitiva entre la Policía Nacional y la Guardia Civil con los Mossos d´Esquadra?
Yo creo que los cuerpos de Seguridad en Cataluña están obligados a cooperar para aquello en que deben cooperar, pero al mismo tiempo, las confianzas han quedado afectadas. Los cuerpos de seguridad tienen un reto común, que es luchar contra el terrorismo, la delincuencia internacional o la droga.
¿Se compadece de los Cuerpos de Seguridad del Estado por la falta de apoyo? El sábado 29 de septiembre se produjeron amenazas y agresiones de independentistas a un grupo de policías que se manifestaban en Barcelona, ¿cómo justifica estos altercados?
La convocatoria de la plataforma Jusapol fue una provocación. Para que aquello no fuera a más hubo un despliegue de los Mossos d´Esquadra, pero es evidente que haber mezclado la convocatoria de una demanda sindical, respetable, con al mismo tiempo un apoyo a la policía que estuvo golpeando a ciudadanos, me parece una provocación. Una de las peores imágenes que se han proyectado en Cataluña sobre España en estos últimos años es la imagen del “A por ellos”, autobuses de la Guardia Civil saliendo de cuarteles con ese cántico.
Lazos amarillos y “presos políticos”
¿Qué fin tiene llenar las calles de lazos amarillos?
Recordar que hay una decisión injusta, que las personas que están en la cárcel no se lo merecen, que esta prisión provisional es abusiva y que, además, las acusaciones que se le imputan se basan en hechos falsos. No hubo violencia en Cataluña y, por tanto, no hay delito de rebelión. Más de 120 penalistas españoles lo han afirmado, la Justicia alemana ha rechazado la extradición de Puigdemont, la Justicia belga también lo ha hecho, en estos países se entiende que lo que sucedió en Cataluña no es objeto de reproche penal en la idea que hubo violencia, porque no hubo.
¿Presos políticos o políticos presos? ¿Por qué?
Presos políticos, sin lugar a dudas. Porque las razones que explican ese encarcelamiento, tan solo se pueden entender, no bajo la lógica de la justicia, sino bajo la lógica de la venganza. Cuando tú te inventas un delito que no existe, cuando atribuyes un delito de rebelión equiparable a un golpe de estado de Tejero con poner urnas, aprobar leyes, manifestarse en las calles… eso puede ser criticable políticamente, quizás algún tipo de reproche penal, pero no es rebelión en los términos que el código español lo contempla. Cuando alguien está en esas condiciones en la cárcel es un preso político.
¿Cómo se encuentra Puigdemont? ¿Cómo piensa actuar?
Eso es mejor que se lo pregunte al president Puigdemont, pero vaya, ha decidido defender sus derechos desde Bélgica y al mismo tiempo explicar las demandas de libertad que sustentan cientos de miles y millones de catalanes en la escala internacional.
¿Se sienten respaldados por la Justicia belga y alemana? ¿Y por la Unión Europea?
Sí, yo creo que las justicias europeas han demostrado que el abuso que ha hecho la Justicia española del delito de rebelión no es propio de una sociedad democrática. Hemos encontrado más justicia en Europa que en el Tribunal Supremo. Y de la Unión Europea, que es una confederación de estados, nos hubiera gustado un mayor apoyo hacia la condena por violencia el 1-O, pero al mismo tiempo, que este conflicto debe resolverse por la vía del diálogo.
El PDeCAT en España y Europa
Algunos ministros como Josep Borrell han manifestado su idea en torno a los políticos encarcelados y la toma de decisiones en Cataluña, ¿se sienten apoyados por el Gobierno nacional?
Con el Gobierno español tenemos discrepancias profundas. Es cierto que propiciamos esta moción de censura y sin los votos soberanistas catalanes Pedro Sánchez hoy no sería presidente del Gobierno. Éramos escépticos sobre Pedro Sánchez y hoy no tenemos muchas más razones para estar confiados.
“Es un Gobierno con una mayoría parlamentaria extremadamente débil, sometido a una presión de la derecha”, afirma Carles Campuzano.
¿Qué exige el PDeCAT al PSOE de Pedro Sánchez?
Fundamentalmente, le exige que el diálogo bilateral entre el Govern de Cataluña y el Gobierno de España sean tangibles y que haya una agenda de cuestiones concretas que deben resolverse en los próximos meses. En segundo lugar, que tenga el coraje de tomar el reto que le propone la sociedad catalana y sea capaz de acordar con las instituciones catalanas una solución al conflicto. Y tres, le recordamos que la normalidad política es muy difícil de producir mientras haya personas injustamente encarceladas y que en algunas situaciones también depende de la posición que tenga el Gobierno, y ahí sí puede hacer cosas. Que ayuden a que la sociedad catalana vuelva a confiar en el funcionamiento de las instituciones españolas.
¿Cómo ve el estado del Gobierno de Pedro Sánchez?
Es un Gobierno con una mayoría parlamentaria extremadamente débil, es un Gobierno sometido a una presión de la derecha desde el primer día y es un Gobierno que ha dado bandazos en los últimos días, pero que tiene la obligación de gobernar en este contexto parlamentario, y esto le lleva a buscar acuerdos y dialogar con más intensidad, si cabe.
El grupo parlamentario europeo, Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), al que ustedes pertenecen, se va reunir el próximo 27 de octubre para decidir si apartan al PDeCAT por problemas de corrupción, ¿cómo afrontan esta coyuntura?
Con tranquilidad. Yo creo que el PDeCAT está en conversaciones con el ALDE para demostrar que las acusaciones que se le imputan nada tienen que ver, vamos a ver qué ocurre. Es cierto que hay un obstáculo, que es Ciudadanos, que está trabajando activamente para que no estemos en la familia de los demócratas y liberales europeos. El PP de Aznar trabajó activamente para que el PNV y Unió Democrática no estuviesen. Los españoles, a menudo, no quieren que los vascos y catalanes participemos en plataformas internacionales, pero siempre encontramos la fórmula de poder participar.
Usted ve la bandera de España y, ¿qué siente?
Pues lo mismo que cuando veo la bandera de Francia, la respeto, eh.