Klaudia Tanner, ministra de Defensa de Austria, avisó hace unos días de la posibilidad de un apagón que tendrá lugar en Europa, en los próximos cinco años. Sus palabras fueron las siguientes: «La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo». El Gobierno austríaco declaró que este hecho tendría graves consecuencias. La desaparición de la red eléctrica supondría la desconexión de Internet, no habría llamadas telefónicas, ni sistema de calefacción en los hogares. Al mismo tiempo, esto acarrearía problemas en los medios de comunicación y en el tráfico.
Una gran alarma social
Después del discurso de la ministra, se han iniciado varios bulos y movimientos sociales. Se han creado listas con alimentos y materiales indispensables que se deben comprar antes de que el apagón se produzca, tales como medicamentos, linternas, velas o combustible.
Varios expertos ya han confirmado que es muy complicado que en España se produzca un apagón de semejantes características. Esto se debe a la diferencia geográfica entre Austria y España. Mientras que el país austríaco no posee mar, por lo que no presenta las facilidades del transporte marítimo, España tiene varias costas y se encuentra más apartado del resto de países europeos. Al mismo tiempo, Austria depende del gas que Rusia envía, lo que complica su situación energética. Los países que dependen del gas ruso podrían tener problemas de abastecimiento debido a que el presidente ruso, Vladímir Putin, podría cortar el gas a Europa por la creación de un nuevo oleoducto.
Durante una entrevista en Onda Cero, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha declarado que el sistema energético de España es una isla, debido a que resulta casi imposible que se produzca una caída del sistema en terceros países. Además, ha añadido que existe la posibilidad de hacer un cordón sanitario en el caso de que esto ocurra, y que no hay razón para preocuparse por ello.
España cuenta con varios tipos de fuentes de energía: eólica, hidráulica, gas, nuclear, etc. Esto implica que para que hubiese un apagón, todos estos sistemas tendrían que caerse al mismo tiempo. Del mismo modo, hay 40 días de reserva de gas, de los cuales solo dos fueron utilizados a principios de año, durante la nevada.