El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, confirmó que el impacto de un misil en suelo polaco, el pasado 15 de noviembre, provenía de la defensa de las tropas ucranianas, pero que no fue “culpa de Ucrania”. El misil acabó con la vida de dos personas de 60 y 62 años, respectivamente, que estaban trabajando cuando la explosión les sorprendió.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien en un principio acusó a Rusia, grabó un vídeo en el que rectificaba y alegó que no estaban claras las circunstancias del asunto. El arma ha sido catalogada, según Polonia, como una bomba de la era soviética “lanzada por la defensa aérea ucraniana”.
El incidente se produjo durante la cumbre del G-20, celebrada en Bali (Indonesia), en la madrugada del lunes al martes. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enseguida contactó con Stoltenberg y con Andrzej Duda, su homólogo en Polonia, a quien expresó sus condolencias. Más tarde, se reunió con los miembros del G-7 y de la OTAN que estaban presentes, además de los líderes de España y Países Bajos y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como invitados, para investigar lo sucedido en territorio polaco.
Después de que Biden confirmara su teoría de que era “poco probable” que el misil se hubiese disparado desde Rusia, varios mandatarios se han posicionado en contra de Ucrania, lo que hace que Zelenski haya perdido popularidad entre sus aliados. Víktor Orbán, el líder político de Hungría, transmitió, a través de su gabinete de prensa, que le parecía un “mal ejemplo” que el presidente ucraniano acusase “sin dudas” a Rusia del ataque.
Asimismo, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, cree que las declaraciones de Volodímir Zelenski pudieron ser una estrategia para activar el protocolo de defensa europeo contra Rusia. Tildó de “gran operación de falsa bandera” la acción de Ucrania e increpó a Zelenski por intentar culpar al presidente ruso, Vladimir Putin.
Polonia pretende instalar, tras los hechos acontecidos, el sistema estadounidense de antimisiles Patriot para proteger su frontera con Ucrania. Przewodów, el pueblo en el que cayó el misil, está a 20 kilómetros de territorio ucraniano.