Las concentraciones de jóvenes para beber alcohol en zonas de Madrid como Leganés, el Parque del Oeste y el Parque Berlín han provocado disturbios, robos y violencia, además de detenciones por parte de la Policía.
La madrugada del viernes 18 de septiembre, cerca de 25.000 jóvenes se reunieron en una fiesta callejera que ocupó una parte de la Ciudad Universitaria de Madrid. El aumento de estas concentraciones ha sido debido a que se han relajado las medidas del protocolo contra el coronavirus y a las agradables temperaturas de las pasadas semanas. Tras eliminar los toques de queda y sumándole el buen tiempo que ha habido durante las últimas semanas, esto ha incentivado a los adolescentes a hacer más fiestas.
Estas concentraciones se organizan a través de redes sociales.
El sábado 3 de octubre, se produjo otra fiesta en el Parque del Oeste, en la que tuvo que intervenir la Policía para desalojar el lugar. Durante la huida, decenas de jóvenes recorrieron las calles destrozando a su paso mobiliario urbano, improvisando barricadas y quemando coches. La noche acabó con dos agresiones sexuales, diez comas etílicos y 60 detenidos por la Policía. En el Parque Berlín ocurrieron acontecimientos muy parecidos, aunque en este caso hubo heridos por arma blanca.
Muchos justifican todos estos sucesos como una excusa de que “los jóvenes han estado durante un periodo largo de tiempo sin estar en contacto con sus amigos” y “sin poder tener oportunidad de hacer una vida social normal”. Otros, sin embargo, piensan que además de ser ilegal organizar estos eventos, no es motivo razonable para causar los destrozos y el daño.