La primera sesión plenaria del nuevo curso político se celebró el pasado lunes y en esta se votó la anulación de las reglas fiscales y, por tanto, la aprobación del techo de gasto más alto de la historia de la democracia. La propuesta sumó el apoyo suficiente, aunque contó con la abstención del PP y la negativa de Vox. María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, defendió que la suspensión de las reglas fiscales no iba a ser un impedimento para la bajada del déficit público, aunque no será hasta, aproximadamente, 2025 cuando España alcance los límites aconsejados por Bruselas.
La suspensión de las reglas fiscales por segundo año consecutivo fue el núcleo del debate parlamentario. La disputa se basó en si el país se encuentra o no en una “situación de emergencia extraordinaria” como para que el Estado incurra en el déficit estructural y en el volumen de la deuda pública, tal y como lo indica el artículo 135.4 de la Constitución. Con la anulación de estos términos, el Gobierno consiguió el visto bueno de los grupos parlamentarios para llevar a cabo su propuesta de fondos no financieros.
????El @Congreso_Es ha dado hoy un paso más hacia los Presupuestos de 2022 con su aval al mantenimiento de la suspensión de las reglas fiscales. Habrá margen para seguir con los estímulos hasta la plena recuperación económica y social y será compatible con la reducción del déficit. pic.twitter.com/jEBKekCQXu
— Ministerio de Hacienda y Función Pública (@Haciendagob) September 13, 2021
El techo de gasto es el punto de partida de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que se debatirán en la Cámara Baja a finales de este mismo mes. Esta iniciativa se estableció por el Consejo de Ministros, en julio, y se tramitó en el Parlamento, con el apoyo de ERC, PNV, EH-Bildu, PDeCat y Ciudadanos. Por el contrario, Vox mostró su rechazo a la propuesta y el PP se abstuvo. La cifra se eleva a 196.142 millones euros e incluye el nuevo paquete de fondos europeos.
Sin embargo, Montero aseguró que la suspensión de las reglas fiscales no altera el compromiso del Ejecutivo de reducir el déficit público. La expectativa estipulada en la propuesta del techo de gasto es bajar el déficit progresivamente hasta conseguir acercarse a los índices recomendados por Bruselas (un 3% en relación con el índice actual de 8,4%). “Será en 2024, espero, si es posible aproximándose más al 2025, cuando estemos en condiciones de presentar ya una senda que retoma ese compromiso con la consolidación fiscal cara a las autoridades europeas”, defendió la ministra en el Hemiciclo.
La situación actual del déficit
La pandemia ha hecho estragos en la economía nacional. Durante el pasado año, el déficit público alcanzó los 11 puntos en 2020, ocho por encima de la recomendación europea. Sin embargo, las expectativas del Gobierno son que para el 2022 el déficit haya bajado hasta seis puntos, en comparación con el inicio de la pandemia. A su vez, tal y como declaró Montero en la sesión, Europa apuesta por “aportar a los estados miembros flexibilidad presupuestaria para afrontar la crisis manteniendo las políticas expansivas”. A raíz de esta perspectiva, las normas acerca del PIB y de la deuda pública desaparecen un año más con el fin de dar un mayor margen de maniobra a los países europeos durante la pandemia.