La economía mundial sufrió en el año 2020 la mayor caída de la historia moderna debido a la paralización de prácticamente toda actividad, a causa de la pandemia. En 2021, la economía se ha recuperado y la producción se ha reactivado. Para llevar a cabo este resurgimiento, los gobiernos han aprobado una serie de paquetes de estímulos monetarios y fiscales más intensos aún que en el año 2008. Estos han contribuido a que la tasa de variación anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) en España se situara en el 6,7% en el mes de diciembre, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La causa de la inflación
La pandemia provocó un cambio en los hábitos de consumo de la población. Esta comenzó a comprar una mayor cantidad de bienes de lo que era habitual, y hubo un incremento del gasto debido a la reapertura que supuso la relajación contra la covid. Además, la política monetaria ha sido determinante en la subida de la inflación, debido a las medidas de estímulo que se han incentivado en España y también en Europa.
En un comunicado del Banco de España se puede observar la reducción de los intereses para facilitar la financiación y la introducción de una serie de medidas que actuaron en dos dimensiones principales: la compra de activos y las operaciones de liquidez. Esto, unido a los bajos intereses de los préstamos, produjo que las empresas utilizasen el capital para adquirir más bienes de los necesarios en años anteriores por el aumento de la demanda entre los consumidores. Todo ello, unido a la escasez de recursos inflexibles como el petróleo, el gas natural, los semiconductores… ha provocado el aumento de los precios en numerosos sectores.
El descontrol del precio de la luz
España no es el único país europeo que ha visto un aumento histórico del precio de la luz. En Europa, los precios han disparado su coste por diversas razones. Los países, al aumentar su producción y retomarla, han demandado más materia prima, una de ellas, la imperante en Europa, el gas natural. Esta energía fue la apuesta de los dirigentes europeos en las nuevas políticas contra el cambio climático.
En estas se optó por el gas natural como la energía de respaldo, en caso de ser necesaria para ocupar el espacio energético que no pueden rellenar en ocasiones las energías renovables. Esto es debido a su dependencia de las condiciones climáticas. El gas natural alcanzó el récord histórico de precio, el pasado 21 de diciembre, cuando se situó en 180 euros el MW/hora. En el arranque de 2022, el gas bajó hasta los 88,73 euros el MW/hora, pero se encuentra muy lejos del valor que tenía a principios de 2020 (20 euros el MW/hora).
Este encarecimiento de los precios del gas también tiene que ver con el principal proveedor de Europa, Rusia. Existen tensiones entre Bruselas y Moscú por el conflicto en Ucrania, lo que ha propiciado que el presidente ruso, Vladimir Putin, condicione el suministro de gas a los países europeos.