Un hombre, asesinado por lucir unos tirantes con la bandera de España

- Desmarcar - 19 de diciembre de 2017

El chileno Rodrigo Lanza y el español Víctor Laínez coincidieron, la madrugada del 8 de diciembre, en el bar El Tocadiscos de Zaragoza. Laínez fue agredido con un sillín de bicicleta en la nuca por parte de Lanza tras ver que llevaba unos tirantes con la bandera rojigualda, previamente se insultaron por motivos ideológicos. El herido falleció el martes por muerte cerebral.

«Ha sido un atentado hispanófobo», catalogó la Falange en un comunicado.

Rodrigo Lanza, un conocido del movimiento antifascista, llamó «facha» a Víctor Laínez, quien era simpatizante de grupos como la Falange y esa misma noche vestía con unos tirantes con los colores rojo y amarillo. Ambos comenzaron a discutir de manera agresiva hasta que Lanza cogió un sillín de una bicicleta y le golpeó varias veces en la nuca. Víctor Laínez quedó en el suelo y ya inerte tras el ataque por la espalda, recibió varias patadas en la cabeza y en la cara, lo que le causó fracturas en la nariz y en varios huesos del cráneo. El herido fue llevado de urgencia al Hospital Clínico de Zaragoza para inducirle el coma hasta el martes, cuando los médicos vieron que no tenía capacidad de mejora.

La juez Natividad Rapsun ha enviado a prisión a Rodrigo Lanza. Los resultados de la autopsia revelan que Lanza pateó la cabeza de Láinez cuando este ya estaba moribundo en el suelo. Además, la magistrada ha destacado que, según las declaraciones de los testigos, Laínez no tuvo ocasión de defenderse en ningún momento. Rapsun asegura que «no existe duda de la identidad del autor de los hechos», ya que fue identificado por nueve personas: el dueño del bar, cinco clientes y las tres personas que acompañaban al propio Lanza. El joven antisistema ha afirmado que fue el agresor, pero ha reiterado varias veces que fue en defensa propia tras haber sido amenazado por arma blanca, arma que hasta el momento no se ha encontrado.

«No encuentro corralillo ni saeta que ponerte», declaró la mujer de Víctor Láinez.

Víctor Laínez era simpatizante de la Falange Española de las JONS. Era un amante de las motos y pertenecía al grupo Templarios M.C. de Zaragoza, un grupo de moteros que montaban en Harley Davidson. Admiraba al Ejército español, en especial a la Legión, pero en ningún momento de su vida fue legionario. Sus amigos le recuerdan como una persona simpática, y una de ellas afirma que «aunque tenía apariencia de duro era una persona adorable» y que le recuerda por cantar el himno de la Legión, El novio de la muerte.

El ataque de Rodrigo Lanza no es un caso aislado
El asesinato de Víctor Laínez no es el único de los delitos de Rodrigo Lanza, queda patente su odio a España, a los cuerpos de seguridad del Estado y a toda esa gente se siente orgullosa de su país. Además, Lanza es de origen chileno, lo que hace más difícil entender su ira hacia nuestro país o lo que esta nación representa.

Este hombre, de 33 años, ya estuvo en encarcelado. Rodrigo Lanza pasó siete años en prisión por dejar tetrapléjico a un guardia urbano en Barcelona, en el año 2006. La víctima en este caso era Juan José Salas, quien tenía 39 años cuando le cambió la vida, desgraciadamente, para peor. La madrugada del 4 de febrero de ese año fue la última en la que Juan José caminó. Llevaba un año destinado en la unidad nocturna de la Guardia Urbana de Barcelona. Esa noche reciben una llamada, había una fiesta en un edificio okupado en el barrio del Born, en la ciudad condal. Los policías llegaron y, al ver a tanta gente en la fiesta, decidieron esperar en la puerta, los okupas no dejaron pasar en ningún momento a nadie más; todo parecía controlado hasta que un grupo de radicales de izquierdas que se encontraban en el piso okupado decidieron ir hacia los policías con botellas, piedras, barras de hierro y otros objetos con lo que poder agredir. En ese grupo se encontraba el chileno Rodrigo Lanza. En plena trifulca, Juan José Salas recibió un golpe en la cabeza con una piedra y se cae al suelo donde se volvió a golpear en el cráneo, queda convaleciente. Su agresor, Rodrigo Lanza. Juan José Salas estaba casado y era padre de cuatro hijos. Tras la brutal agresión que recibió por parte de Lanza, Juan José estuvo en coma y cuando se despertó nunca más volvió a hablar, a día de hoy se encuentra en estado vegetativo.