El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el pasado martes 5 de febrero que acudiría a Vietnam los días 27 y 28 de febrero para celebrar la segunda cumbre con Kim Jong-un. El líder norcoreano viajará dos días antes para reunirse con el presidente de Vietnam y secretario general del Partido Comunista, así como para realizar diversas actividades en el exterior el segundo día.
Esta cumbre, al igual que la primera, se celebra con el objetivo de avanzar en el diálogo acerca del abandono del programa nuclear por parte de Corea del Norte. La desnuclearización podría significar el otorgamiento de concesiones por parte de EE.UU., en una situación en la que, según el diario Rodong Simmun, Corea del Norte encarna un «momento decisivo» en lo referente al desarrollo económico.
Relaciones anteriores
El pasado mes de junio, ambos líderes se reunieron en Singapur con los mismos objetivos. Dicha reunión significó un avance en el proceso de desnuclearización, aunque el acuerdo suscrito apenas contenía ideas concretas.
Hasta la fecha, los avances entre ambas potencias fueron escasos, incluso llegaron a protagonizar varias disputas a través de Twitter, con insultos como «viejo chocho» o «cachorro enfermo», todas ellas antes de celebrarse la primera cumbre.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Vietnam ha manifestado en un tuit que «da la bienvenida a la cumbre EE.UU.-Corea del Norte y apoya firmemente el diálogo para mantener la paz, la seguridad y la estabilidad en la península coreana. Vietnam está dispuesto a contribuir de manera activa y cooperar con las partes relevantes para garantizar el éxito de la cumbre”.
“Si yo no hubiera sido elegido, ahora mismo, en mi opinión, estaríamos en una tremenda guerra con Corea del Norte”, alegó Trump.
A diferencia de los últimos ocho meses, las expectativas son menores. No obstante, Trump no ha evitado los comentarios que halagan a su persona.