La universidad Francisco de Vitoria (UFV) contó el pasado 24 de enero con la presencia de Román y Reina de Chateauvieux, un matrimonio misionero que dedica su vida al servicio de los más pobres. En su conferencia hablaron de su labor, su conversión y del Proyecto Misericordia, organización que formaron con el fin de promover la inclusión y la evangelización de los más necesitados de su comunidad.
Se trata de un matrimonio de orígenes muy diferentes. Román procede de una familia francesa acomodada y Reina, nacida en una de las favelas más grandes de Salvador de Bahía en Brasil, son padres de cinco hijos varones y dan su vida a la evangelización, a través del servicio a los demás. Ambos tienen muy claro que su misión como familia es “ser misioneros hasta la eternidad” y dicen que su vocación misionera y concretamente el Proyecto Misericordia se vio inspirado por las palabras del Papa Francisco que afirmaban que “La misericordia cambia el mundo, un poco de misericordia lo convierte en un mundo más justo y menos frío”, palabras que hasta hoy guían todas sus acciones.
Los asistentes a la conferencia pudieron escuchar cómo a través de la conversión de ambos, la de Reina a los 16 años, a través de la lectura del pasaje de la Biblia que habla de la Pasión de Jesús, y la de Román, con 21 años, a través del servicio a una persona muy pobre, fueron descubriendo su vocación matrimonial y de servicio.
Ambos contaron que, desde el momento de sus respectivas conversiones, sus vidas dieron un vuelco. Reina dijo: “Descubrir que alguien me amaba tanto me hizo querer entregarle mi vida a Él”. Mientras que Román contó: “Sentí que el Señor me decía, Román la felicidad que buscas al servicio de los pobres la encontrarás”.
Sus misiones y proyectos
Esta familia misionera no ha parado de moverse y consagrar sus vidas al servicio de los más desfavorecidos de la sociedad. Sus caminos los han llevado a recorrer 16 países en un autobús, transformado en vivienda móvil, desde Estados Unidos hasta Brasil. Su objetivo ha sido residir temporalmente en los barrios más pobres de los lugares por los que pasaban para ayudar y evangelizar a quienes lo necesitasen.
En la actualidad, se encuentran establecidos en La Pincoya, un barrio humilde en Santiago de Chile, donde hace año y medio abrieron el Centro Misericordia. Este establecimiento está destinado a la inclusión social y la evangelización a través de apoyos escolares, talleres intensivos para niños, un centro de salud y un centro de rehabilitación para salir de la drogodependencia. Allí, según contaron, “se hacen las pequeñas cosas con gran amor” y su filosofía está basada en tres pilares: la compasión, la misericordia y la evangelización. Hablaron también de sus proyectos para el futuro, ya que para el próximo año esperan poder abrir nuevos Centros Misericordia en París y Buenos Aires.