Juan Romero, el último español superviviente del campo de concentración de Mauthausen, ha fallecido a los 101 años en la localidad francesa de Aÿ-Champagne, donde se instaló después de la Segunda Guerra Mundial. La Embajada de España en París y varios miembros del Gobierno recibieron la noticia de su muerte gracias a un amigo.
La notificación de que Juan Romero había fallecido la dio la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, quien en agosto se trasladó hasta Aÿ-Champagne para entregarle en persona la declaración de reparación y reconocimiento personal por “su lucha contra el fascismo, por las libertades y en defensa de la democracia”.
“No hace muchos días tuve el inmenso honor de reconocer en nombre del Gobierno de España a Juan Romero, nuestro compatriota exiliado en Francia tras pasar por los campos de concentración nazis. Hoy lamento su fallecimiento, deseando que descanse con la paz por la que siempre luchó”, publicó Carmen Calvo en sus redes sociales.
Romero nació en 1919 en Torrecampo (Córdoba), y participó en la Guerra Civil española y en la II Guerra Mundial. En esta última fue hecho prisionero y pasó varios años en Mauthausen. Romero luchó en la sierra de Guadarrama, en Guadalajara, en Brunete y en Teruel, más conocida como la Batalla de El Ebro. Después de la caída de Cataluña, en 1939, cruzó la frontera francesa y vivió su primer exilio.
El cordobés Romero trabajó en la mina, en la construcción de una carretera y, en el kommando de la desinfección del campo de concentración de Mauthausen. Hasta ahora, Romero era el último superviviente de los 9300 españoles que sufrieron la atrocidad de los campos de concentración nazis. Fue el prisionero 3799.
Juan Romero nunca volvió a pisar Mauthausen. No quiso conocer el memorial. Tampoco pudo volver a España hasta la década de los años 60 y, cuando lo hizo, fue con pasaporte francés. Su objetivo era ver a su familia, que entonces residía en Barcelona. Él había rehecho su vida en Francia. Cuando fue liberado de Mauthausen, aquel 5 de mayo de 1945, Romero se instaló en Aÿ-Champagne, allí conoció a su mujer y con ella formó su vida. Se casaron en 1947 y tuvieron cuatro hijos.
Una firma duradera
En Lleida está Casa Seró, una antigua construcción privada que durante la Batalla del Ebro fue reconvertida por el Ejército de la República en un pequeño hospital de campaña. La Guerra Civil acabó, la II República desapareció y Casa Seró volvió a manos de sus propietarios.
Romero pasó allí días o semanas reposando y en las paredes de las habitaciones se conservan dibujos, garabatos y nombres de los militares que estuvieron por el hospital. En una de las habitaciones, también estaba el nombre de Juan Romero, escrito a lápiz de su puño, y permaneció allí durante más de 80 años.