La UFV celebra una sesión sobre el significado de la religión

- Desmarcar - 31 de enero de 2022
De izquierda a derecha Ángel Barahona, Elías Cohen y Amanda Figueras, en su coloquio en la UFV. Foto: Javier Jiménez Valero

“Lo que se presentaba como algo insoportable se fue convirtiendo en literatura”, declaró Ángel Barahona, director del departamento de Humanidades de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), al recordar su reencuentro con la fe y redescubrir el significado del cristianismo.

Una musulmana, un judío y un católico tuvieron, el 26 de enero, una conversación en la Universidad Francisco de Vitoria acerca del verdadero significado de ser religioso actualmente. La sesión, bajo el título de Religión y vida. ¿Qué significa ser (verdaderamente) religioso hoy?, tuvo lugar en el aula magna de la UFV. El Instituto John Henry Newman y la Facultad de Comunicación organizaron este evento del ciclo Horizontes de Razón Abierta.

Conversión al islam
En primer lugar, intervino Amanda Figueras, musulmana conversa. Figueras es periodista en el El Mundo, creadora de contenido y recientemente ha escrito un libro sobre el islam y su experiencia. Ella nació en Barcelona, en una familia cristiana con poca fe, explicó. Sin embargo, todas las noches daba las gracias por su día, sin creer en un dios. Para una noticia, tuvo que investigar acerca del islam y empezó a interesarse por este. Amanda Figueras contó que el islam fue resolviendo sus dudas y decidió convertirse a esta religión.

Figueras destacó que, en la religión, todo depende del enfoque. Para ella, era algo impensable ser musulmana. Su visión era negativa, lo consideraba restrictivo. Sin embargo, contó que cuando se acercó a esta religión comprendió que lo que manda Alá es por el bien de todos y que el islam está “para facilitar las cosas”.

Una búsqueda de espiritualidad
Después, Elías Cohen continuó con el coloquio. Él es judío desde pequeño, de una familia con tradición en esta religión. Cohen comentó que el judaísmo se enfoca en la práctica de unas leyes y esto genera mucho automatismo en las personas. Él sintió que le faltaba espiritualidad, que necesitaba preguntarse intelectualmente por todas esas cuestiones religiosas, algo extraño para un judío, como dijo. Por eso, decidió comenzar un proceso de búsqueda de Dios, preguntándose por la espiritualidad. Tras esa búsqueda, Elías Cohen expresó que había sido creado para algo, que su vida tenía trascendencia.

“Es peligroso convertir la religión en una ideología”, afirmó Cohen.

“Es peligroso convertir la religión en una ideología”, afirmó Cohen. También explicó que en el judaísmo es importante ir a la esencia de él para no perderse en extravagancias. Además, contó que, a pesar de que cambiarse de religión sea algo mal visto, él no dudaría en hacerlo si lo viera claro: “Si el judaísmo no me ofreciera lo que necesito, miraría a otra religión”

Redescubrir el cristianismo
Ángel Barahona participó en último lugar. Barahona estudió la carrera de Filosofía y sus profesores eran, en su mayoría, ateos. Explicó que mucha gente identificaba el franquismo con la religión, lo que provocaba tópicos. Por esta razón, a pesar de respirar un ambiente cristiano desde pequeño, sintió un rechazó por la religión: “Lo que consideraba como una religión pensaba que había que acabar con ello”. En esa época de adolescencia, Barahona se dedicó a buscar “ocupar el vacío” con el estudio, las relaciones afectivas, etc.

“Sentía que era lo que anhelaba, un amor por encima de las esclavitudes que yo sentía, de mi dependencia”, declaró Ángel Barahona.

Sin embargo, encontró a una persona que le habló del cristianismo como una “buena noticia”, no como una simple religión. Encontrarse con un Dios que había resucitado y personas que eran testigos de una felicidad inmensa hizo que se decidiera a aventurarse en ella. “Sentía que era lo que anhelaba, un amor por encima de las esclavitudes que yo sentía, de mi dependencia”, declaró Ángel Barahona. Lo que le atrajo y le hizo cambiar su opinión del catolicismo fue que Dios sale al encuentro de la persona para amarla, sin que ella haga nada, y la libertad y gratuidad que eso le ofrecía. “Era el éxtasis, del Dios que ha resucitado y viene a buscarte para darte una buena noticia”.

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