La UFV acoge un debate sobre el futuro de la universidad

- Desmarcar - 4 de julio de 2019
El rector de la UFV, Daniel Sada, en un momento de su intervención. Foto: Prensa UFV
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El rector de la UFV, Daniel Sada, fue el encargado de presentar el acto de cierre de las conmemoraciones por el 25 aniversario de la institución. Antes de la celebración de una mesa redonda titulada ‘Los próximos 25 años: formación universitaria a prueba de robots’, el rector quiso lanzar un mensaje de «agradecimiento» por todo lo conseguido en dos décadas y media de trabajo y por las celebraciones de los últimos meses. No obstante, pese a los éxitos conseguidos en este periodo de tiempo, instó a tomar nota de las reflexiones de los tres ponentes invitados a la mesa redonda porque «la mejor manera de considerar los logros del pasado es enfrentar los retos del futuro». «Lo que nos pide el cuerpo institucionalmente es mirar el futuro y pensar qué tenemos que hacer a partir de ahora y cómo servimos mejor a la sociedad».

Una de las ideas clave que se esgrimió durante el acto es la de que las universidades deben transformarse para no desaparecer en el futuro y para seguir siendo «relevantes» en la formación de las futuras generaciones. Más aún, tienen que «sumar consistencia, adaptación y humildad» y preparar a los jóvenes para el «único oficio que tendrán en el futuro, el cual consistirá en pensar y adaptarse». Así lo pusieron de manifiesto tres expertos y visionarios españoles durante la mesa redonda, que estuvo moderada por el periodista y profesor de la Facultad de Comunicación Ernesto Sáenz de Buruaga. El encuentro reunió como ponentes a Manuel Márquez, managing partner de V3 Leaders; Carlos Barrabés, consultor digital, fundador y presidente de Barrabés; y Xavier Marcet, fundador y presidente de Barcelona Drucker Society y presidente de Lead To Change.

Marcet negó el pronóstico que hacen algunos gurús de las nuevas tecnologías y el e-learning sobre la desaparición de las universidades en el futuro. «No, hombre, no. La clave es si serán relevantes y lo serán en la medida en la que tengan capacidad de sumar consistencia, adaptación y humildad».

Entre los retos que el sector universitario tiene por delante, resaltó el de preparar a los jóvenes para tecnologías y oficios «que no sabemos cuáles serán» dentro de unos años. La única certeza en este campo, vaticinó, es que “el oficio del futuro sólo será uno: pensar y adaptarse”.

Barrabés coincidió en la necesidad de aprender a convivir y trabajar mediante alianzas con otros actores, que incluso superen el paradigma tradicional del «win-win» (con el que ganan dos actores) para ampliarlo a un «win-win-win» que beneficie también a la comunidad o el conjunto del planeta.

Por su parte, Márquez elogió a los educadores por dotar de “conocimientos, capacitaciones, competencias, habilidades, valores y principios” a las jóvenes generaciones para hacer realidad los “sueños” que siempre ha tenido la humanidad como “arquitecta del porvenir”. Subrayó que la tecnología ha acelerado los cambios y el ritmo al que se producen y repasó la transformación que ha experimentado el mundo en el último cuarto de siglo gracias a internet y los teléfonos móviles, por citar dos de los ejemplos más destacados.

Márquez también alertó sobre fenómenos crecientes de deshumanización como el “subjetivismo”, que lleva a la gente a querer leer informaciones y opiniones que simplemente ratifiquen su manera de pensar; o como el relajamiento de las “convicciones éticas y religiosas”.