La beca Erasmus o el intercambio bilateral es uno de los ideales universitarios con los que sueñan miles de estudiantes de Bachillerato. A unos les incentiva para preparar la temida selectividad, mientras que a otros termina de convencerles para meterse en la universidad. Se trata de una experiencia de vida que, según algunos autores, ayuda al alumno a madurar, sirve como paréntesis a mitad de carrera y como punto de diferenciación en el currículum.
El grado de ADE es el que más estudiantes recibe, al ser el que más asignaturas en inglés ofrece.
En total, entre los alumnos internacionales que llegaron en el primer cuatrimestre y los del nuevo, suman 297, trece más que el año pasado. El grado de Administración y Dirección de Empresas (ADE) es el que más estudiantes recibe, al ser también el que más asignaturas en inglés ofrece. En segundo lugar, están las carreras de Comunicación Audiovisual y Bellas Artes, con cifras bastante igualadas entre sí.
Los estudiantes de intercambio se convierten en alumnos de la UFV nada más pisar la universidad, es decir, pasan a tener los mismos privilegios y oportunidades que el resto de estudiantes. Además, también tienen a su disposición el Vicerrectorado de Internacionalización (VRI), que les ofrece su ayuda desde antes de que la beca empiece. Una vez en el campus, se celebran una serie de jornadas de bienvenida y actividades de presentación organizadas por el VIR, que les enseña la universidad y les presenta todas las sociedades a las que pueden apuntarse, desde teatro a cualquier deporte, tienen un amplio abanico de iniciativas a las que sumarse.
¿Por qué elegiste Madrid como destino?
Quería mejorar mi español y, dentro de España, Madrid me pareció la mejor opción para hacerlo.
¿Es tu primera vez en España?
No, hace tiempo viajé a Barcelona. Aunque sí es mi primera vez en Madrid.
¿Qué es lo que más te gusta por ahora?
Las chicas (bromea), bueno, y el sol. Sin duda, me encanta vuestro clima.
¿Cuál ha sido tu primera impresión de la universidad?
Es muy grande, y al principio eso me asustó (ríe).
¿Y eso?
Necesito un mapa para llegar a los sitios y, aun así, todavía no he encontrado la sala de animática (vuelve a reír).
¿Cómo fueron tus primeros días?
Un desastre. No conocía a nadie y tampoco sabía cómo moverme por la ciudad. Aunque vivir con siete personas más, de diferentes lugares, lo hace todo más fácil.
¿Te está costando adaptarte?
Salí de fiesta el segundo día, podría decirse que ya me he adaptado, aunque solo llevo una semana. Creo que todavía me queda tiempo para hacerme a la ciudad.
¿Qué es lo que más echas de menos de tu país?
La lengua, sin duda alguna, el idioma. Todavía no domino el español. También echo de menos la música, odio el reguetón y aquí parece que es lo único que se escucha.
¿Qué hay de tus amigos y tu familia?
En Francia viajaba mucho, así que tampoco es que tenga problemas a la hora de trasladarme. Hablo con ellos por teléfono o Skype, todavía no he tenido tiempo para echarles de menos.
¿Cómo te ayuda la universidad a adaptarte?
El VRI me ayuda a orientarme y me resuelve todas las dudas. Además, la gente que estoy conociendo también está siendo paciente conmigo y me ayuda en todo lo que puede.
¿Cuánta ayuda te proporciona la beca Erasmus?
La beca me da solo 300 euros, pero pago 500 euros de alquiler, así que ahí ya lo pierdo todo. Luego, la comida y la bebida es más cara de lo que pensaba, así que voy algo justo.
¿Qué esperas del Erasmus?
Vivirlo al máximo, mejorar mi español y llevarme un buen recuerdo de la universidad y de su gente.