Los ministros de Interior europeos reconocieron sus diferencias durante una reunión en Luxemburgo, el martes 5 de junio, sobre la política de asilo en Europa. Uno de los principales motivos por los que no se llega a acuerdo es el reparto de refugiados. La propuesta de consenso fue presentada por Bulgaria, que presidió el encuentro, para intentar reconciliar las posiciones. Sin embargo, la llegada de la Liga Norte, con Matteo Salvini, al Gobierno italiano ha estancado aún más la situación. Además, los estados que componen el Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia), Austria y los países bálticos también son reacios a la acogida de migrantes. Algunos proponen la creación de un centro de asilo fuera de la UE. Mientras tanto, Merkel defiende su política exterior.
Choque de posturas
Este desacuerdo para reformar el sistema de asilo provoca una situación de tensiones que ya se vio plasmada en la crisis de refugiados sirios de 2015. El representante belga, Theo Francken, afirmó que la reforma del reglamento de Dublín “está muerta”
«Ayudamos a los refugiados en sus países, no queremos que traigan problemas a Europa», declara Viktor Orban.
El ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, no pudo asistir a la reunión, pero dejó clara su postura. “Italia no se puede convertir en un campo para refugiados”, declaró Salvini. Según el político milanés, su país no puede afrontar a solas el problema de los migrantes que llegan en botes y el alojamiento de cientos de miles de personas. En su cuenta personal de Twitter añadió: “Europa debe ayudar por la seguridad de nuestro país o tendremos que escoger otros caminos”. Italia cuenta con más de 500.000 migrantes ilegales en su territorio.
La crisis de refugiados que sufrió Europa entre 2015 y 2016 fue la más grave tras la Segunda Guerra Mundial, ya que más de 1,5 millones de personas llegaron a suelo europeo. Este hecho incendió las relaciones entre la UE y los países que componen el Grupo de Visegrado, apoyados por Austria. Este bloque se opone rotundamente a cualquier propuesta que incluya el reparto automático de refugiados. El presidente de Hungría, Viktor Orban, fue contundente: “Ayudamos a los refugiados en sus países, no queremos que traigan los problemas a Europa”. “No podremos ayudar a nadie si arruinamos nuestros países. El objetivo es que puedan regresar a sus pueblos y no dependan de Europa para tener una vida mejor”, aseveró Orban. Los países bálticos (Letonia, Estonia y Lituania) se aproximan al rechazo de los anteriores.
Italia, España, Grecia, Malta y Chipre rechazan la idea que presentó la Comisión Europea de que los estados de primera línea debían registrar a los demandantes de asilo y responsabilizarse de ellos. En cambio, Alemania, Francia y Suecia están a favor de la propuesta. En 2018, España ya ha recibido a más de 10.990 inmigrantes desde Marruecos; Grecia, a más de 11.400; e Italia, a más de 13.677 desde diferentes partes del Mediterráneo.
Centro de asilo fuera de la UE
Europa busca soluciones para los migrantes con órdenes de deportación pendientes. El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, ha desvelado que un grupo de países comunitarios estudian abrir un centro de asilo en un país del continente, pero fuera de la UE (no especificaron cuál). Además de Dinamarca, Holanda y Austria están involucrados en el plan. Alemania, de momento, no ha confirmado su unión a este.
«La clave es reforzar las fronteras», afirma Juncker.
El objetivo es que este centro sirva para alojar a los demandantes de asilo rechazados. En 2015, la UE solo logró deportar a un 36% de estos. Grecia fue el país que más expulsó. Desde ese momento, apenas se han tomado medidas para agilizar las salidas. El motivo principal ha sido la falta de cooperación de los países a los que deben regresar los migrantes. “Soy optimista. Por las discusiones que he mantenido con otros líderes europeos, espero que seamos capaces de dar un primer paso este año”, resaltó Rasmussen. El canciller austriaco, Sebastian Kurz, ha mostrado su apoyo y ha afirmado que el proyecto se encuentra en una fase “avanzada”. Además, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, no ha puesto reparos a esta idea y añade que “la clave es reforzar las fronteras”.
Merkel defiende su política
La canciller alemana, Angela Merkel, rechazó que sus propuestas para reformar la UE vayan a provocar una inestabilidad entre los países miembros. En su comparecencia en el Bundestag (Parlamento), la mandataria recordó que lo ocurrido en 2015, cuando llegaron a Alemania unos 900.000 refugiados, se trató de una “situación excepcional” y que su Gobierno actuó de forma “responsable”. Además, destacó que todas las decisiones que se tomaron en ese momento fueron respaldadas por el Tribunal Europeo. Un diputado de la oposición acusó a Merkel de haber provocado “graves daños” para el país. Merkel compareció durante más de una hora en el Parlamento y mantuvo una postura firme ante las medidas de política exterior llevadas a cabo en los últimos años.