La polarización sustituye al bipartidismo en el debate a cuatro

- Desmarcar - 29 de julio de 2016
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España dijo adiós al bipartidismo el pasado 20 de diciembre, sin embargo parece que no ha sido así con la polarización. Así se pudo ver este lunes en el primer debate a cuatro, entre candidatos, de la democracia y el único de la campaña electoral. Mariano Rajoy y Pablo Iglesias, líderes en las encuestas, fueron los grandes protagonistas.

El líder del Partido Popular, que puso como condición para participar en el debate cerrar el espacio reservado a la economía, sacó a relucir los datos de empleo durante su Gobierno y recordó a sus contrincantes las medidas tomadas para evitar el rescate. Apelando al sentido común y a la experiencia del que promete habiendo ya gobernado, Mariano Rajoy se limitó a destacar los grandes logros de su mandato.

Oportunidad perdida
Pedro Sánchez llegaba al debate en sus horas más bajas, tras conocerse los datos del CIS que sitúan a su formación como tercera fuerza política. El aspirante socialista a La Moncloa se jugaba este lunes gran parte de su crédito y no supo aprovechar el momento. Achacando a Pablo Iglesias la responsabilidad en el fracaso de su propia investidura, Sánchez intentó arañar votos dentro de la izquierda.

Rajoy sacó a relucir los datos de empleo durante su mandato y recordó las medidas que se tomaron para evitar el rescate.

Tras una primera parte con Mariano Rajoy y Pablo Iglesias como protagonistas, llegaba el momento de la corrupción. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tomó los mandos y repartió reproches a izquierda y derecha. Al presidente en funciones, Mariano Rajoy, salpicado por numerosas tramas de corrupción en su partido, se le vio tenso y salió del paso acusando a Rivera de haber cobrado en negro durante su juventud.

Con la tranquilidad que le otorgan las encuestas, Pablo Iglesias se convirtió en el hombre de Estado que precisaba el momento para arañar algunos votos. El líder de la formación morada se limitó a devolver los ataques de Pedro Sánchez con una invitación al líder socialista a formar una coalición el día después de los comicios. Uno de los momentos más tensos tuvo lugar cuando Albert Rivera acusó a Iglesias de «no necesitar financiación de los bancos, porque ellos se financian de Venezuela”.