La victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses del pasado 8 de noviembre ha generado malestar en la NBA (Asociación de Baloncesto Nacional). Parte de sus equipos y jugadores han comenzado un boicot en las principales redes sociales (Facebook y Twitter) y a las empresas del magnate.
Trump ha admitido que no le gusta nada el baloncesto. Es más, su primera medida en la Casa Blanca ha consistido en la sustitución de la cancha de básquet por un campo de croquet. Además, figuras como LeBron James realizaron campañas a favor de Hillary Clinton, y jugadores de otros países como Ricky Rubio o Marc Gasol plasmaron su desánimo tras saber que el candidato republicano iba a ser el nuevo líder del país.
Really America? ?
— Ricky Rubio (@rickyrubio9) 9 de noviembre de 2016
Una vez conocidos los resultados de las elecciones, ya son hasta tres equipos (Dallas Mavericks, Milwaukee Bucks y Memphis Grizzlies) los que han decidido no volver a hospedarse en uno de los hoteles de la empresa del magnate (Trump Entertainment Resorts), los cuales están situados en Chicago, Miami, Washington, Nueva York y Toronto.
La candidata demócrata, Hillary Clinton, ha sido la destinataria de la gran mayoría de las donaciones para su camaña por parte de jugadores, exjugadores y directivos de la principal liga de baloncesto del mundo. Los datos recogidos por la revista Hoopshype muestran que mientras a Clinton le han otorgado cerca de un millón y medio de dólares en donaciones procedentes de la NBA, Trump no ha recibido ni un centavo.