Cada 17 de marzo, se conmemora la muerte de San Patricio, el patrón de Irlanda. Es la fiesta nacional más importante del país anglosajón, de carácter religioso, en honor a este santo. El Día de San Patricio tiñe de verde a la comunidad irlandesa de todo el mundo.
San Patricio nació en algún lugar del norte de Escocia, allá por el año 386. Con 16 años fue secuestrado y llevado a Irlanda por unos piratas, donde estuvo prisionero, como esclavo, durante seis años. Maewy Succat, su nombre de nacimiento, consiguió escapar y marchar al noroeste de la Galia (Francia).
Allí se ordenó sacerdote y regresó a Irlanda para evangelizar, bajo el nombre de Patricius. El conocido como Apóstol de Irlanda formó un clero local y varias comunidades cristianas, que respetaban las costumbres irlandesas, hasta su muerte en el año 461.
Esta festividad se celebra desde 1600, aunque hasta 1903 era una fiesta religiosa. El siglo XX la convirtió en una fiesta pública, que ha acabado siendo el día más importante de Irlanda. Además del fuerte carácter teológico del San Patrick`s Day, en la actualidad es principalmente un día de reunión y celebración donde la música, los disfraces y la cerveza (la negra es el estandarte) son una parte fundamental.
Pero si hay algo que caracteriza al 17 de marzo, es el color verde. Cuenta la leyenda que, en su proceso de evangelización, San Patricio usaba un trébol, símbolo de la festividad y emblema nacional, para explicar el dogma de la Santísima Trinidad.
Celebraciones por el mundo
Irlanda se tiñe del color del trébol y en su capital, Dublín, los festejos duran hasta cuatro días. Pero no es el único. El segundo lugar donde más se celebra es Estados Unidos. Los casi 37 millones de habitantes irlandeses (Irlanda tiene cinco millones) salen a la calle, incluso este año, Nueva York, ciudad donde la población del país europeo es de más del 10%, tiñó de verde el río Hudson.
Además, en países como Argentina o México, con grandes colonias irlandesas, el Día de San Patricio también tiene una gran repercusión y por ello se hacen desfiles a la vez que la comunidad abre sus puertas a gastronomía y música nacional. En España, la ciudad más verde es Barcelona, que se empapa por un día de la cultura, el estilo y la tradición cervecera, muy cervecera, del país del trébol.