Los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, recientemente clausurados, serán recordados como los Juegos de la Paz. Este apelativo fue otorgado en la ceremonia de apertura del evento, donde Corea del Norte y Corea del Sur desfilaron juntas bajo una misma bandera (la peninsular), fruto de una tregua entre estas dos naciones en conflicto.
En la milenaria historia del deporte se han dado numerosos casos como el acontecido en Corea del Sur este mes de febrero. Son ocasiones en las que la práctica de una disciplina o la organización de un gran evento de la talla de mundiales o Juegos Olímpicos han conseguido derribar los muros entre naciones en guerra o conflictos internos. Estos son los casos más populares de la historia.
La tregua sagrada
Los primeros Juegos Olímpicos datan del 776 a.C. en la ciudad griega de Olimpia. Uno de los aspectos más destacados de estos juegos primitivos era la tregua sagrada. Durante este gran evento, las naciones participantes debían detener sus conflictos bélicos, por muy imposible que fuera. En caso contrario, los países que continuaran con las guerras serían expulsados y multados. Se puede decir que estos juegos olímpicos antiguos fueron los primeros en formar ese gran valor social.
Juegos Olímpicos de 1936
En plena dictadura de Adolf Hitler, los Juegos de Berlín 1936 dieron comenzaron. Entre todos los competidores americanos, uno destacó por encima del resto: el atleta Jesse Owens. El corredor afroamericano demostró la superioridad de los del otro lado del charco por encima de los alemanes. Pero lo más importante, demostró que el deporte es capaz de derribar muros, por imposible que parezca. Pese a las indicaciones de Hitler de no dar la mano a los vencedores de raza negra, un estadio repleto hasta la bandera coreó el nombre de Owens cada vez que este subió a lo alto del podio.
Campeonato de ajedrez de 1972
En plena guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, se llevó a cabo la disputa de la final del campeonato mundial de ajedrez entre el americano Bobby Fischer y el ruso Boris Spassky. La final transcurrió en el formato al mejor de 30, y el vencedor fue Fischer, con 21 partidas ganadas. Durante unos meses, la guerra fría se trasladó a los tableros de ajedrez y el conflicto pasó a un segundo plano y los dos países se centraron en el juego de los dos contrincantes.
Mundial de rugby de 1995
Sudáfrica, 1995. El país vivía una fuerte crisis interna causada por el apartheid, el sistema de segregación racial implantado en el territorio. Durante este conflicto, Nelson Mandela fue puesto en libertad y elegido presidente de la nación. Su política de acercamiento a los ciudadanos de la región africana a través del deporte hizo que se celebrase la Copa del Mundo de rugby de ese año en Sudáfrica. Durante su transcurso, la población aparcó sus diferencias para centrarse en apoyar a los Springboks, la selección nacional. En la final contra Nueva Zelanda, no quedaba rastro de aquel separatismo, y se pudo ver cómo un país entero olvidó sus conflictos y ayudó a su nación a coronarse campeona del mundo.