El control económico sirve para controlar los ingresos y los gastos de cada equipo y así no contraer deuda con Hacienda, Seguridad Social o trabajadores del propio club. A partir de este control, se elabora el presupuesto para la siguiente temporada. El principal gasto que tienen los clubes son los salarios de la plantilla que rondan el 70% del presupuesto.
Javier Gómez, exdirector general corporativo de LaLiga, fue el impulsor del control económico en 2012 que permite realizar un seguimiento económico a los clubes que forman el fútbol profesional español (42 clubes). Javier Tebas, actual presidente de LaLiga, apoyó esta medida que se inspira en el control que llevan a cabo la NBA y la UEFA con el llamado ‘Fair Play Financiero’.
El impacto del control económico respecto a la deuda de los clubes con Hacienda ha sido importante, ya que se ha reducido un déficit que ha pasado de 650 millones de euros, antes de implantarse la norma, a 70 millones de euros en la actualidad. LaLiga espera que la deuda siga disminuyendo las próximas temporadas.
Otro aspecto importante afecta a las denuncias de los jugadores hacia su propio club por impagos. En la actualidad, no se ha producido ningún caso de denuncia frente a las 19 que hubo en la temporada 2014/2015. Tampoco hay jugadores afectados por impagos, lo que demuestra la eficacia de la norma establecida por Javier Gómez. Esta norma también ha ayudado a la igualdad entre clubes, al respetar unas bases establecidas, sin dejar que nadie gaste aquello que no tiene.
Gracias al Control Económico de #LaLiga:
1. No hay impagos a jugadores, ni de impuestos ni Seguridad Social.
2. LaLiga es más sólida, fuerte y atractiva, y su crecimiento se traslada a los salarios de los jugadores.
3. Genera una competencia real evitando el dopaje financiero. pic.twitter.com/fth4dZu6t6
— LaLiga (@LaLiga) September 3, 2018
LaLiga, gracias a esta norma y al aumento de los ingresos económicos por medios audiovisuales, se ha convertido en una de las principales fuentes de ingreso económico en España. Esto ha ayudado a los clubes a estar saneados y a los jugadores a aumentar sus salarios. Además, se han producido descensos de categoría por cuestiones administrativas. Elche, Real Murcia, Guadalajara y Reus son los casos de pérdida de categoría por no cumplir con el control económico establecido por LaLiga.