Sanidad aprueba un espray nasal contra la depresión

- Desmarcar - 18 de noviembre de 2022

El Ministerio de Sanidad ha dado luz verde a la financiación pública de Spravato, un espray nasal con principio activo de esketamina, y es el primer y único tratamiento aprobado en España para personas que sufren trastorno depresivo mayor (TDM). Será de uso hospitalario y solo se dispondrá en las farmacias de los centros autorizados.

Los laboratorios Janssen han demostrado que este medicamento es eficaz para personas menores de 65 años que no hayan respondido a dos tratamientos antidepresivos anteriormente. La directora médica de Janssen en España, Henar Hervia, ha afirmado que «era una necesidad médica no cubierta». La rápida actuación, en 24 horas, de este fármaco es lo que lo diferencia de otros antidepresivos tradicionales, ya que estos tardan entre cuatro y ocho semanas en hacer efecto. Sin embargo, la eficacia de este tratamiento innovador no ha demostrado la negación del paciente por la ideación o comportamiento suicida.

Forma de administración
Spravato está diseñado para la autoadministración bajo la supervisión directa de un profesional sanitario, lo que evita la posibilidad de una adicción. Al cabo de un mes, se notará la reducción de los síntomas comunes depresivos. La dosis inicial recomendada es de 56 miligramos (mg), aunque aumentaría a 84 mg dos veces por semana durante el primer período (1-4 semanas). Además, puede reducirse la dosis, dependiendo de la tolerancia del paciente.

Condiciones y reacciones adversas
Antes de empezar con este tratamiento, hay que hacer una valoración de la presión arterial del paciente, ya que las personas con problemas cardiovasculares o respiratorios deben aplicárselo en un entorno en el que se disponga de un equipo de reanimación adecuado o de profesionales sanitarios. Pasados 40 minutos de su administración, hay que volver a medir la presión arterial.

Las reacciones observadas con más frecuencia fueron mareos (31%), disociación (27%), náuseas (27%), cefalea (23%), somnolencia (18%), disgeusia (18%), vértigo (16%), hipoestesia (11%), vómitos (11%) y aumento de la presión arterial (10%). Todas ellas se minimizarían conforme pase el tiempo del tratamiento.

Una enfermedad de base biológica
El trastorno depresivo mayor (TDM) afecta a más de 250 millones de personas en todo el mundo. Los síntomas pueden ser desde una tristeza inmensa hasta el suicidio. «Estoy cansado de luchar todo el rato», afirmó J.V., paciente con dicha enfermedad. También puede causar cansancio, falta de energía, adelgazamiento o aumento de peso, ansiedad, sentimientos de culpa o insuficiencia, problemas físicos… «Las personas que sufren depresión tienen muchos pensamientos negativos, se infravaloran y les da miedo ser juzgados por la sociedad, por eso se aíslan», destaca Sylvia Enamorado licenciada en Psicología.

«Piensan que sus motivos para estar deprimidos no justifican suficientemente su enfermedad», dijo Sylvia Enamorado.

Según Sanidad, el trastorno depresivo aparece en el 4,1% de la población, y se incrementa con la edad, hasta alcanzar al 12% de las mujeres y al 5% de los hombres de 75 a 84 años.

La pandemia ha surtido efecto en la salud mental de los españoles, como refleja una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a personas mayores de 15 años. Se ha registrado un 3,3% en el poco interés o alegría por hacer las cosas, un 2,8% en la sensación de estar decaído y 2% en problemas para dormir. Sin embargo, se ha reducido un 5,7% de sensación de cansancio y un 1,7% por sentirse mal con uno mismo. La pandemia ha provocado un aumento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental de los menores, afirma un informe la Asociación Española de Pediatría.

Según el informe de Observatorio de Biopolítica, el suicidio sigue siendo la principal causa de muerte no natural en España, y produce el doble de fallecimientos que los accidentes de tráfico, 11 veces más que los homicidios y 72 veces más que la violencia de género. En 2020, se registraron 3.914 defunciones, cifra que supera un 7,4% al año anterior. A nivel mundial, la media de suicidios es de 9,26 por cada 100.000 habitantes.

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