El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha mostrado, este jueves, a favor de suspender las patentes de las vacunas contra el coronavirus. La representante de Comercio Exterior de EE. UU., Katherine Tai, fue quien informó de que el Gobierno considera necesario incrementar la producción de vacunas para terminar con la pandemia.
Sin embargo, Tai sigue creyendo con firmeza en la protección de la propiedad intelectual de los medicamentos. “Esta es una crisis de salud global y las circunstancias extraordinarias de la pandemia de la covid-19 exigen medidas extraordinarias”, ha declarado Tai.
En octubre, India y Sudáfrica presentaron una propuesta a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la que se pedía la suspensión -de forma temporal- de las patentes. De esta manera, se podrían producir copias de las vacunas previamente aprobadas, con el objetivo de incrementar la inmunización.
Ahora, la Unión Europea parece dispuesta a estudiar la propuesta del presidente de Estados Unidos. No obstante, pide al Gobierno de Biden que especifique cómo de lejos pretende llegar. “No creemos que a corto plazo sea la solución mágica, pero estamos preparados para debatirlo cuando haya una propuesta concreta sobre la mesa”, ha señalado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Además, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha insistido este sábado: “Debemos estar abiertos al debate sobre las patentes y analizar el tema de las licencias, pero son temas para el largo plazo”. Sin embargo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, se opone a la idea de Biden, y con ello, reduce la posibilidad de suprimir las patentes de las vacunas contra la covid-19.
José María Bueno, profesor de Química Farmacéutica en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), ha explicado en una entrevista concedida al programa de radio Comunidad UFV, de Onda Universitaria, que la propiedad intelectual se tiene que “proteger”, pues es difícil para las empresas alcanzar ese conocimiento.
“Habría más vacunas disponibles, pero no es tan fácil producir una vacuna de este tipo”, ha asegurado Bueno.
Bueno ha asegurado que, aunque ahora Biden se ve liberal con respecto a las patentes, no siempre ha sido así, y ha señalado que da la impresión de que ha cambiado de opinión cuando en Estados Unidos la vacunación está en un nivel avanzado, pues no tienen un problema con el suministro. Además, Bueno ha apuntado que la liberación de la patente tampoco garantizaría la inmunidad masiva. “Habría más vacunas disponibles, pero no es tan fácil producir una vacuna de este tipo. Solamente las grandísimas compañías farmacéuticas son capaces”, ha indicado el profesor de la UFV.
La problemática de las patentes
Las patentes dan exclusividad, durante un tiempo concreto -normalmente, dos décadas-, a las farmacéuticas que han desarrollado las vacunas para fabricarlas. Cuando se suspende la patente de una vacuna, significa que la exclusividad desaparece y, por tanto, cualquiera puede empezar a producir dicho medicamento.
En caso de que se suspendieran las patentes de las vacunas contra la covid-19, se podrían plagiar libremente, sin la obligación de compensar económicamente a las farmacéuticas que las hicieron.
Las personas que están a favor de la suspensión de estas mantienen que podrá hacer que los países más pobres puedan comenzar con la producción de las vacunas. Sin embargo, los más críticos con la decisión concluyen que no será útil, pues aseguran que no hay fábricas preparadas para producir los medicamentos.